Y a la hora de sexta se cubrió toda la tierra de tinieblas hasta la hora de nona. Y a la hora de nona exclamó Jesús, diciendo en voz grande y extraordinaria: "¡Eli, Eli, lamma sabacthani!", que significa: "Dios mío, Dios mío ¿por qué me has desamparado?" Oyéndolo algunos de los circunstantes, decían: "Ved cómo llama a Elías". Y corriendo uno de ellos, empapó una esponja en vinagre, y revolviéndola en la punta de una caña, dábale a beber diciendo: "Dejad que cobre así algún aliento, y veremos si viene Elías ha descolgarle de la cruz". Mas Jesús dando un gran grito expiró. (vv. 33-37)
Beda,
in Marcum 4, 44
El astro luminoso retiró sus rayos del mundo, ya sea para que no se viese pendiente de la cruz al Señor, ya sea para que no gozasen de su luz los blasfemos impíos. "Y a la hora de sexta, dice, se cubrió toda la tierra de tinieblas hasta la hora de nona".
San Agustín,
De consensu evangelistarum 3, 17
Añade San Lucas de dónde vinieron estas tinieblas, esto es, del sol eclipsado.
Teofilacto
Si hubiera sido día de eclipse, se hubiera podido decir que había sido natural esta ausencia de luz; pero fue el día catorce de la luna, y en tal día no era posible el eclipse.
"Y a la hora de nona exclamó Jesús diciendo en voz grande: Eli, Eli", etc.
Pseudo - Jerónimo
Es a la hora nona cuando, limpiada la casa, se halla la décima parte del dracma que se había perdido.
Beda,
in Marcum 4, 44
Está escrito (
Gén 3), que cuando pecó Adán oyó la voz del Señor que se paseaba por el paraíso al levantarse la brisa después del medio día. Y en esa hora, en que el primer Adán trajo la muerte a este mundo por su pecado, el segundo Adán muriendo la destruyó. Y es de notar que fue crucificado el Señor cuando el sol abandonó el centro del cielo, y que celebró los misterios de su resurrección al encontrarse aquel astro en el oriente. Porque fue muerto por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación (
Rom 4,25). No nos admiremos, pues, de la humildad de sus palabras y de sus quejas por su abandono, al ver el escándalo de la cruz, porque sabemos que estaba allí en la forma de un esclavo. Así como el hambre, la sed y la fatiga, no eran propios de la Divinidad, sino de la debilidad humana, así también la queja "¿por qué me has desamparado?" era propia de la voz corporal, porque es natural que se resista el cuerpo a ser separado de la vida a que ha sido unido. Aunque es el mismo Salvador el que habla, habla así como hombre para mostrar la fragilidad del cuerpo, y para ofrecernos el espectáculo de esos movimientos que demuestran el temor que tenemos en el peligro de ser abandonados por Dios.
Teofilacto
O bien: el que habla así por mí a Dios es el hombre crucificado, porque nosotros los hombres somos abandonados; pero El no lo fue nunca por su Padre. Oigamos, pues, sus palabras: "No estoy solo, porque mi Padre está conmigo" (
Jn 16,32), palabras que dijo también por los judíos y como judío que era, según la carne, y que pueden interpretarse de este modo: ¿Por qué has abandonado al pueblo hebreo hasta el punto que haya crucificado a tu Hijo? Así como acostumbramos a decir alguna vez: Dios me ha vestido, esto es, mi naturaleza humana; así debemos entender como referentes a la naturaleza humana, o al pueblo judío las palabras: ¿Por qué me has abandonado?
"Oyéndole algunos de los circunstantes, decían: Ved cómo llama a Elías".
Beda,
in Marcum 4, 44
Pienso que estos soldados debían ser romanos, que no entendían el hebreo, y creían que llamaba a Elías porque había dicho Eli. Pero si admitimos que eran judíos los que así hablaron, hay que suponer que lo consideraron débil, puesto que imploraba el auxilio de Elías. "Y corriendo uno de ellos, prosigue, empapó una esponja en vinagre", etc. La causa por qué dieron a beber vinagre al Señor la expresa extensamente San Juan diciendo que Jesús, para que se cumpliesen las Escrituras, dijo (
Jn 19,28-29): "Tengo sed". Ellos ofrecieron a sus labios una esponja empapada en vinagre.
Pseudo - Jerónimo
Aquí se expresa una figura que se refiere a los judíos, porque empapan en vinagre, es decir, en malicia y dolo una esponja puesta en una caña frágil, seca y propia para el fuego.
San Agustín,
De consensu evangelistarum 2, 17
Pero no habló de Elías sólo el que le ofreció la esponja con vinagre, sino los demás, según refiere San Mateo. Por eso debemos entender que él y los demás dijeron lo mismo.
Pseudo - Jerónimo
Cuando la carne desfallecía tomó fuerza la voz de Dios, que dice: "Abridme las puertas de la justicia" (
Sal 117,19). "Mas Jesús dando un gran grito expiró". Con voz apagada, o sin voz, morimos los que somos de la tierra: El que vino del cielo expiró con voz poderosa.
Teofilacto
Y el que domina y manda sobre la muerte expira con la potestad de Señor. Cuál fue, por fin, esta voz nos lo declara San Lucas repitiendo sus palabras (Mc 23,46): "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Quiso declararnos el Señor que el espíritu de los santos se eleva a las manos de Dios, habiendo permanecido cautivos todos ellos en los infiernos, hasta que vino el que predicó la remisión de los pecados.