"Mirad, pues, por vosotros, no sea que vuestros corazones se carguen de glotonería y embriaguez, y de los afanes de esta vida, y que venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque así como un lazo vendrá sobre todos los que están sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, orando en todo tiempo, para que seáis dignos de evitar todas estas cosas que han de ser y de estar de pie delante del Hijo del hombre". (vv. 34-36)
Teofiactus
Citó antes el Señor los signos terribles y sensibles de los castigos que vendrán sobre los pecadores; pero contra estos males pone como remedio la vigilancia y la oración. Por esto dice: "Mirad, pues, por vosotros, no sea que", etc.
San Basilio, in serm. super attende tibi
Cada uno de los animales tiene de Dios interiormente los medios que han de contribuir a su propia conservación; por lo que Jesucristo nos ha dado este consejo con el fin de que lo que ellos tienen en su instinto lo tengamos nosotros con el auxilio de la razón y de la prudencia. Así que debemos huir del pecado como huyen los animales de los pastos mortíferos; pero debemos buscar la justicia como buscan ellos las yerbas nutritivas; por esto dice: "Mirad por vosotros", esto es, para que podáis distinguir lo saludable de lo nocivo. Pero como se puede mirar de dos modos, ya con los ojos del cuerpo o ya por la potencia intelectual, y los ojos del cuerpo no pueden conducir a la virtud, ha debido por tanto referirse a un acto de la inteligencia al decir: "Guardaos", esto es, tened circunspección en todo, y que en custodia vuestra esté siempre vigilante la luz de vuestra alma. Y no dice cuidad de los vuestros o de aquellos que están alrededor vuestro, sino de vosotros. Vosotros sois la inteligencia y el alma; y lo vuestro son el cuerpo y los sentidos; en rededor vuestro están vuestros bienes, vuestras artes y lo demás que contribuye a la comodidad de la vida; pero no dice que nos cuidemos de estas cosas, sino del alma, que debe constituir nuestro primer cuidado. Este mismo consejo sana a los que están enfermos, perfecciona a los que están sanos; hace conservar el presente y proveer al futuro; nos impide censurar a los demás y nos induce a examinar nuestras acciones; no permitiendo que la inteligencia se someta a las pasiones, sino sujetando lo irracional al alma racional. Y da la razón de por qué deba obrarse así, diciendo: "No sea que vuestros corazones se carguen", etc.
Tito
Como diciendo: Cuidad que no se oscurezcan las luces de vuestras inteligencias, porque los cuidados de esta vida y la crápula y la embriaguez ahuyentan la prudencia, hacen vacilar la fe, y causan el naufragio.
San Basilio
La embriaguez consiste en el uso exagerado del vino y la crápula es la ansiedad y náusea que causa la embriaguez, llamada así de la palabra griega que quiere decir trastorno de cabeza. Y así como debemos usar de los alimentos para calmar el hambre, así también hemos de usar de la bebida para templar la sed evitando con cuidado los excesos, pues el vino es una bebida falaz; pero el hombre libre del vino será más prudente y bueno; y humedecido por los vapores del vino, queda velado como por una nube.
San Basilio, in regulis brevioribus ad interrogat 58
La curiosidad y los cuidados de esta vida aunque no parece que estorban deben evitarse cuando no contribuyen al servicio divino. Manifiesta por qué dijo esto, cuando añade: "Y que venga de repente sobre vosotros aquel día".
Teofiactus
No vendrá aquel día con previa amonestación, sino de improviso y furtivamente, cogiendo como en un lazo a los que no vivan prevenidos. Por esto sigue: "Porque así como un lazo vendrá sobre todos los que están", etc., lo cual debemos examinar con detención. Cogerá aquel día a todos los que viven en la superficie de la tierra, por descuidados y perezosos. Pero para los laboriosos y dispuestos para el bien, que no están sentados ni ociosos sobre la tierra, sino que se levantan en cuanto se les dice: levántate y anda porque la tierra no es tu lugar de descanso; para éstos no será aquel un día de lazo ni de peligro sino un día de triunfo.
San Eusebio
El Señor nos dictó cuanto precede, para que evitemos los males que nos habrían de sobrevenir. Por esto sigue: "Velad, pues, orando siempre, para que seáis dignos de evitar todas estas cosas que han de ser".
Teofiactus
Esto es, el hambre, la peste, y todo lo demás que amenaza en esta vida a los escogidos y a los que no lo son, y todo lo que amenaza para después a los malvados por toda la eternidad. No podemos evitar todo esto de otro modo que por las vigilias y las oraciones.
San Agustín, De cons. Evang. 2,77
Esta es la fuga de que habla San Mateo, que no debe hacerse ni en invierno ni en sábado. Al invierno pertenecen los cuidados de esta vida, que son tristes como él mismo; al sábado la crápula y la embriaguez, que sumerge el corazón y lo abruma con la lujuria y las complacencias de la carne, lo cual indica lo malo que puede suceder en el sábado; porque los judíos se dedican en este día a toda clase de fiestas, desconociendo lo espiritual del día de sábado.
Teofiactus
Y como el cristiano debe, no sólo huir de lo malo, sino esforzarse por ganar la gloria, añade: "Y de estar en pie delante del Hijo del hombre". En esto consiste la gloria de los ángeles, en estar delante del Hijo del hombre, nuestro Dios, y en mirar constantemente su faz.
Beda
Y en verdad, si algún médico sabio prohibe usar del jugo de alguna hierba para evitar una muerte repentina, cumpliremos lo mandado con la mayor escrupulosidad. Del mismo modo cortemos ahora, porque así lo ordena el Salvador, la embriaguez, la crápula y los cuidados del mundo, especialmente aquéllos que no temen ser heridos o muertos; porque dan crédito a las palabras del médico y menosprecian los consejos del Señor.