Jesús y María, cumplidas todas las cosas ordenadas en la ley del Señor, regresaron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Entre tanto el Niño iba creciendo y fortaleciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia del Señor estaba en El. Iban sus padres todos los años a Jerusalén por la fiesta solemne de la Pascua. (vv. 39-41)
Beda
San Lucas omite esto, porque sabía que San Mateo lo había expuesto con mucho detenimiento. A saber, que el Señor, después de todas estas cosas (para evitar que Herodes lo encontrase y lo matase) fue llevado por sus padres a Egipto, y volvió a Galilea del mismo modo después que hubo muerto Herodes, empezando a vivir en su ciudad Nazaret. Los evangelistas suelen omitir así las cosas que ven ya referidas, o que el Espíritu les hizo prever que habían de serlo por otros, de manera que prosiguen su narración, sin que aparezca que omitieron nada. Pero el lector solícito, que examina la escritura de otro evangelista, encuentra lo que ha sido omitido. Omitiendo muchas cosas, San Lucas dice: "Cumplidas todas las cosas", etc.
Teofilacto
La ciudad de Belén era como su patria, pero Nazaret era el lugar donde habitaba.
San Agustín,
de consensu evangelistarum, 2, 9
Acaso llama la atención que dijo San Mateo que los padres del Niño se fueron con El a Galilea, principalmente porque Nazaret de Galilea era su patria, como dice aquí San Lucas. Pero debe entenderse que cuando el ángel dijo en sueños a José en Egipto: "Levántate, toma al Niño y a su Madre, y marcha a la tierra de Israel" (
Mt 2,20), San José comprendió que se le había mandado marchar a Judea (porque es por excelencia la tierra de Israel). Mas como en seguida supo que reinaba allí Arquelao, hijo de Herodes, no quiso exponerse a aquel peligro, pudiendo considerar que era lo mismo Israel que Galilea, en donde moraba el pueblo de Israel.
Griego,
in Cat. graec. Patrum
O de otro modo, refiere San Lucas aquí el tiempo que pasó antes de ir a Egipto, porque José no hubiese llevado a María antes de que hubiera sido purificada. Antes que fuesen a Egipto no habían recibido orden de marchar a Nazaret, sino que deseando voluntariamente volver a su patria, hacia ella se encaminaron. No fueron, pues, a Belén sino con motivo del empadronamiento. Pero una vez cumplido este deber, por cuya causa habían ido allí, se fueron a Nazaret.
Teofilacto
Podía haber nacido Jesús teniendo en cuanto al cuerpo una edad madura. Pero para que esto no pareciese fantástico, creció poco a poco, como dice el texto: "Y el Niño crecía y se fortificaba".
Beda
Debe advertirse la distinta significación de estas palabras, porque Nuestro Señor Jesucristo en cuanto era niño (esto es, en cuanto se hallaba revestido del hábito de la humana fragilidad), debía crecer y fortificarse.
San Atanasio,
lib. De incarnat. Christi, contra Arianos, lib. 4
Si según algunos, la carne de Jesús se había transformado en la naturaleza divina, ¿cómo podía recibir incremento? El creer que puede crecer Aquel que no ha sido creado es una impiedad.
San Cirilo
Pero une el aumento del cuerpo al incremento de la sabiduría con toda oportunidad, cuando dice: "Y se fortificaba", esto es, en espíritu, porque según la edad del cuerpo, manifestaba la naturaleza divina su propia sabiduría.
Teofilacto
Si cuando era pequeño en edad hubiese demostrado su sabiduría, hubiera parecido prodigioso, por lo cual se manifestaba a sí mismo progresivamente según la edad, para llenar todo el mundo. Y no se dice que se fortificaba en su espíritu en el sentido de que recibía la sabiduría, porque ¿cómo puede decirse que después se perfecciona más lo que desde el principio es perfectísimo?
1 De donde prosigue: "Lleno de sabiduría en verdad".
Beda
"Porque la plenitud de la Divinidad habitaba corporalmente en El" (
Col 2,9). Y la gracia porque a Jesucristo, hombre, le fue concedida la gran gracia de que desde que empezó a ser hombre fuese perfecto y fuese Dios, mucho más si consideramos que era Verbo de Dios y Dios mismo, y no necesitaba fortificarse, ni debía crecer. Todavía siendo niño, tenía la gracia de Dios, para que, como todas las cosas en El eran admirables, lo fuese también su niñez, y se cumpliese así la sabiduría de Dios.
Prosigue: "Iban sus padres todos los años a Jerusalén por la fiesta solemne de la Pascua".
San Juan Crisóstomo,
Orat. 2, contra Judaeos
Mandaba la ley observar no sólo el tiempo, sino también el lugar en las solemnidades de los hebreos, y por tanto los padres de Jesús no querían celebrar la Pascua fuera de Jerusalén.
San Agustín,
de consensu evangelistarum, 2, 10
¿Cómo, pues, los padres de Jesús iban todos los años durante su infancia a Jerusalén, si se lo impedía el temor a Arquelao? No sería difícil desvanecer esta duda si alguno de los evangelistas hubiese dicho el tiempo que Arquelao reinó. Porque pudo suceder que fuesen a Jerusalén en los días festivos, ocultándose en seguida, puesto que temían hacerse visibles si permanecían allí en los demás días, y pasar por irreligiosos si no asistían a las solemnidades. Pero, como todos guardan silencio respecto del tiempo que reinó Arquelao, pueden interpretarse las palabras de San Lucas: "Iban sus padres todos los años a Jerusalén" en el sentido de que lo hacían así cuando no era ya de temer aquel rey.
Notas
1.
"Esta alma humana que el Hijo de Dios asumió está dotada de un verdadero conocimiento humano. Como tal, éste no podía ser de por sí ilimitado: se desenvolvía en las condiciones históricas de su existencia en el espacio y en el tiempo. Por eso el Hijo de Dios, al hacerse hombre, quiso progresar "en sabiduría, en estatura y en gracia" (
Lc 2,52) e igualmente adquirir aquello que en la condición humana se adquiere de manera experimental (ver
Mc 6,38; 8,27;
Jn 11,34). Eso... correspondía a la realidad de su anonadamiento voluntario en "la condición de esclavo" (
Flp 2,7)"
Catecismo de la Iglesia Católica, 472.