"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas! Que devoráis las casas de las viudas, haciendo largas oraciones. Por esto llevaréis un juicio más riguroso". (v. 14)
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 73,1
En cuanto a lo demás, el Señor les reprende por su gula, y lo que es peor, porque llenaban su vientre no a costa de los ricos, sino de las viudas, y de este modo agravaban más su pobreza cuando lo que debían hacer era aliviarla. Por esto dice Jesucristo: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que devoráis las casas de las viudas", etc.
Glosa
Esto es, que con vuestra superstición no os proponéis más que esquilmar a la plebe que os está confiada.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 44
Las mujeres son generalmente incautas, porque no pesan en su razón lo que ven o lo que oyen. También son demasiado suaves, porque fácilmente se doblegan ya de lo malo a lo bueno, o ya de lo bueno a lo malo. El sexo viril es más precavido y fuerte. Por lo tanto, los que aparentan santidad comercian especialmente con las mujeres, porque no pueden entender sus engaños y fácilmente se dejan guiar por ellos en asuntos de religión. Pero principalmente con quien más negocian es con las viudas. En primer lugar porque a la mujer no se le puede engañar fácilmente cuando tiene un hombre que le aconseje. En segundo lugar, porque no dan con tanta facilidad de su propio peculio, cuando viven bajo la potestad del marido. Por lo tanto, cuando el Señor confunde a los sacerdotes de los judíos, aconseja a los cristianos que se detengan menos con las mujeres viudas que con las demás, porque aun cuando la voluntad no sea mala, sin embargo, lo es la sospecha.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 73,1
Además, esta especie de estafa es más grave, porque añade: "Haciendo largas oraciones". Todo el que obra mal es digno de castigo, pero el que toma de la religión motivo para obrar mal, es digno de mayor pena. Así pues, sigue: "Por esto sufriréis un juicio más riguroso".
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 44
En primer lugar, porque sois malvados; en segundo lugar, porque os encubrís con la capa de santidad. Aparentáis cubrir vuestra avaricia con el aspecto de la religiosidad y casi entregáis al diablo las armas de Dios, para que la iniquidad sea estimada cuando es considerada como piedad.
San Hilario, in Matthaeum, 24
De aquí procede que por saciar la ambición visitando las casas de las viudas cierran con llave el reino de los cielos. Por lo tanto, serán castigados con más severidad, porque deberán el reato de su propia culpa y el de la ignorancia ajena.
Glosa
O porque el criado que sabe y no cumple, será castigado con mucha razón.