Entonces le respondieron ciertos escribas y fariseos diciendo: "Maestro, queremos ver señal de ti"; y les respondió diciendo: "la generación mala y adulterina, señal pide: mas no le será dada señal sino la señal de Jonás el profeta: porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de la ballena, así estará el Hijo del hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra". (vv. 38-40)
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, hom. 43,1
Como el Señor había hecho ya muchas veces enmudecer la lengua impertinente de los fariseos por las respuestas que les había dado, acuden ahora a las obras, que es lo que el evangelista admirado dice: "Entonces le respondieron ciertos escribas", etc. Entonces, es decir, cuando les convenía doblegarse, admirarse y quedarse estupefactos. Pero aun entonces no desisten de su malicia; porque dicen: "Queremos ver de ti una señal", para prenderle.
San Jerónimo
Exigen una señal como si no fueran señales las obras que habían visto. San Lucas expresa de una manera más explícita las señales que pedían (
Lc 11,15). Nosotros deseamos ver de ti un milagro del cielo. O un fuego como el de Elías, que bajó del cielo (
2Re 1)
, o bien un milagro como el de Samuel, que a pesar de la temperatura del clima hizo tronar, relampaguear y llover.
(
1Sam 7-12) Como si no pudieran ellos llevar su calumnia sobre semejantes milagros, diciendo que eran resultados de influencias ocultas y distintas de la atmósfera. Porque si tú calumnias lo que ves con los ojos, lo que tocas con las manos y de lo que conoces su utilidad, ¿qué harías de lo que viniera del cielo? Contestarías sin duda que también los Magos en Egipto han hecho muchos prodigios en los aires (
Ex 7-8).
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, hom. 43,1
Sus palabras respiran adulación e ironía. Antes injuriaban al Señor, llamándolo endemoniado y ahora lo adulan denominándolo maestro, por eso les arguye el Señor con energía, y al contestarles les dice: "Generación perversa". Cuando ellos ultrajaban al Señor, éste les contestaba con dulzura; y cuando lo adulan les responde con energía, manifestándonos con esto que El es superior a la adulación, y que el ultraje no enciende en El la cólera. Todo lo que dice el Señor se reduce a lo siguiente: ¿Qué extraño es que vosotros, que no me conocéis, hagáis todas estas cosas contra mí, cuando lo hacéis también contra el Padre, y a pesar de que tenéis de El una grande experiencia, lo abandonáis y corréis tras del demonio? Por eso los llama "generación perversa", porque han sido ingratos con sus bienhechores, y se han vuelto peores con los beneficios, que es el último grado de la malicia.
San Jerónimo
Y los llamó también con mucha razón "adulterina", porque había abandonado a su marido, y según Ezequiel (
Ez 16) se había entregado a muchos amantes.
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, hom. 43,1
De esta manera se manifiesta El igual al Padre, porque el no creerlo así los hace generación adúltera.
Rábano
Empieza en seguida a contestarles, no dándoles una señal del cielo (de que eran indignos), sino del profundo infierno. Mas dio una señal del cielo a sus discípulos, a quienes enseñó sobre la montaña un símbolo de su gloria eterna (
Mt 17), y después la realidad de verlo elevarse al cielo (
Mc 16)
. Por eso sigue: "Y no será dada la señal".
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, hom. 43,1
No hacía El los milagros para atraerlos (porque conocía que eran de piedra) sino para convertir a los demás. O también, no les dio la señal que ellos pedían porque no la recibirían; pero se la dio después haciéndoles conocer su poder por aquello que ocurrió posteriormente. Esto es lo que quiso decir, aunque de una manera algo encubierta, con las palabras: "Y no será dada la señal a ellos" que equivale a decir: os he manifestado muchos beneficios, ninguno de ellos ha sido suficiente para inclinaros a que respetéis mi virtud, que conoceréis cuando veáis destruida vuestra ciudad. En seguida intercala el evangelista algunas palabras del Señor sobre su resurrección, de que ellos tendrían conocimiento por los castigos que tenían que sufrir; y así dice: "sino la señal de Jonás profeta": Nadie en realidad hubiera tenido fe en la Cruz, si no hubiera estado apoyada en los milagros, y si no hubiera sido creída la cruz, tampoco lo hubiera sido la resurrección. Por eso la llama señal, y para que se tenga como una verdad, la presenta como una figura profética. Por eso sigue: "Como estuvo Jonás en el vientre de la ballena", etc.
Rábano
Da a entender que los judíos eran tan criminales como los ninivitas y estaban próximos a ser destruidos si no hacían penitencia, pero así como les anuncia Jonás el castigo y el modo de evitarlo (
Jon 3)
, así también los judíos no deben desesperarse creyendo que no obtendrán perdón, si al menos después de la resurrección del Señor hacen penitencia. Porque Jonás (palabra que significa paloma o el que gime), es señal de aquél sobre quien desciende el Espíritu Santo en forma de paloma (
Lc 3), y del que cargó con nuestros pecados (
Is 53). El pez que tragó a Jonás en el mar (
Jon 2), significa la muerte que sufrió Cristo en el mundo. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre de la ballena y Cristo en el sepulcro. Jonás fue lanzado sobre la playa árida y Cristo resucitó en la gloria.
San Agustín,
de consensu evangelistarum, 3,24
Quieren algunos, que no comprenden el modo en que se expresa la Escritura, contar por una noche aquellas tres horas desde las seis hasta las nueve en que estuvo obscurecido el sol, y por día aquellas otras tres horas durante las cuales el sol volvió a iluminar la tierra, esto es, desde las nueve hasta la postura del sol. Sigue la noche del sábado con su correspondiente día, da por resultado dos noches y dos días, porque después del sábado sigue la noche del primer día (esto es, del amanecer del domingo) en que resucitó el Señor. Serán, pues, dos días y dos noches, más otra noche, que podría tomarse en toda su extensión, aun cuando no contemos la aurora de la resurrección como la parte extrema de esta noche, por lo cual contando seis horas, tres de tinieblas y tres de luz, resultan tres días y tres noches. Nos resta, pues, como solución para la inteligencia el modo de expresarse las Escrituras, al tomar la parte por el todo.
San Jerónimo
No quiere decir que estuviera el Señor tres días y tres noches en el infierno, sino para que se entienda en parte la Pascua y una parte del domingo, y todo el día sábado.
San Agustín,
de Trinitate, 4,6
La misma Escritura nos asegura que no fueron completos estos tres días, sino que la tarde del primer día se cuenta como día entero, al igual que la mañana del tercer día. El segundo día divide las veinticuatro horas en doce de día y doce de noche. La noche que termina en la aurora que anunció la resurrección del Señor pertenece al tercer día. Así como los días primeros fueron contados desde la luz hacia la noche, a causa de la caída del hombre, así estos días son contados desde las tinieblas hacia la luz, a causa de la reparación del hombre.
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, hom. 43,1-2
No dijo de una manera clara que resucitaría, porque serviría esto de burla a los fariseos, sino que lo hizo con palabras encubiertas, para que aceptaran ellos por la fe lo que El preveía. Y no dijo en la tierra, sino en el corazón de la tierra, a fin de anunciarles su sepulcro, y de que nadie creyera que había sido aparente su muerte. Y puso tres días para no dar lugar a la menor duda de que realmente había muerto. Pero hasta la misma figura demuestra la verdad, porque Jonás no estuvo de una manera aparente tres días en el vientre de la ballena, sino que estuvo en realidad; de donde resulta bien claro que son hijos del diablo los que siguen la doctrina de Marción, quien sostuvo que fue una quimera la pasión de Cristo. Al decir que la señal del profeta Jonás se daría a aquella generación, el Señor indica que había de padecer por ellos, aunque no les aprovecharía su pasión.