De cine: Bernadette y otros

Vi la película de «La canción de Bernadette» (1943). No está mal, considerando que se trata de Hollywood haciendo una versión para todo público de las apariciones de Lourdes. Bastante buen sentido y buen gusto… exceptuando dos o tres (o algunas más) cositas. Me encontré simpatizando con las quejas de un ateo que leí por ahí, sobre que el guión tomaba demasiado partido: las tintas algo demasiado cargadas contra los escépticos; la frase pomposa y algo tonta del cura, que es el lema de la película («Para los que creen ninguna explicación es necesaria; para los que no creen ninguna es suficiente»); y por sobre todo, el hecho de mostrarnos a los espectadores la visión de la Virgen; no había ninguna necesidad (al fin y al cabo, sólo Bernadette la veía) y habría quedado bien un espacio de duda o ambigüedad; lo digo yo, de acuerdo con el ateo. La verdad es que si le recortáramos esas pequeñas escenas, la película saldría ganando mucho y no perdería nada.
Los problemas surgen cuando el equipo creativo hollywoodense se aparta del original y quiere hacer de las suyas. El peor ejemplo, la despedida de Bernadette de sus padres, cuando se va al convento. Tras los consejos maternales de abrigarse con la mantilla, a algún malhadado guionista se le ocurrió poner en boca del padre, el pobre molinero, esto: «Louise… this is no time to talk about shawls. There’s so much to say and so little time to say it… And when the time comes, one can say nothing. One can only feel. (No es tiempo de hablar de mantillas. Hay tanto que decir, y tan poco tiempo para decirlo… Y cuando el momento llega, uno no puede decir nada. Sólo queda sentir.» (Violines) Aaaggghh!!! Voy a vomitar y vuelvo.
Pero, bueno, salvo cositas así, hay bastante criterio. Y en general se atiene a la novela de Franz Werfel, que es bastante buena. Y la historia en que la novela está basada… ya sabemos lo que es. Los que hicieron la película tenían alguna idea de cine y alguna compresión de la potencia de la historia original. Eso debería bastar para hacer algo que por lo menos valga la pena ver y que consiga emocionar. Y, a mi ver, bastó.

Ya que estamos… Una película que toca el tema del aborto (de uno u otro lado) y que no me moleste, es una rareza. He visto dos. Ninguna me molestó, al contrario; aunque tampoco me gustaron demasiado. En todo caso, es bueno que se hagan películas así sobre el tema, no crispadas, no panfletaria (de uno u otro lado).
Una de ellas, Juno, ha sido bastante comentada. La verdad es que su … frescura me terminó resultando algo falsa, por forzada. La otra, Bella, algo menos conocida, algo más pro-life … acaso (algunos dicen que es pro-choice; y puede defenderse), tampoco terminó de convencerme, por otros motivos. Interesante el personaje central, de todas maneras, que recuerda mucho al Cristo de La Pasión.

¿Qué más? Anotemos: The painted veil no me gustó, un romanticismo que me sonó falso (no entiendo cuando usan la palabra «redención» para esas situaciones); después me enteré que la novela original de Maugham tiene un espíritu completamente distinto… y nada romántico. Interesante la frase de la madre superior que recuerda haberse hecho monja por un arrebato de amor juvenil romántico (a Dios), y que melancólicamente reconoce que ahora se tratan como esposos distanciados, sin hablarse, sólo unidos por lazos legales; y que la cuestión es hacer ir juntos amor y deber. Interesante, aunque dudo que la moraleja que pretenden los guionistas darnos por su boca sea la justa, sospecho que precisamente la torsión que le ponen al argumento peca de la misma ilusión romántica de la monja joven… como ilusorio será pretender armonizar «amor» y «deber», mientras lo primero se conciba en el plano sentimental y lo segundo en el legal.

También estuve conociendo el mundo de Sergio Leone (spaghetti-westerns), me vi estas tres: «For a Few Dollars More», «The Good, the Bad and the Ugly», «Once Upon a Time in the West». Y puedo decir que las disfruté. Seguiremos explorando.

Y volví a ver «Marco, de los Apeninos a los Andes», de Takahata, ya comentada acá. Si la primera vez me gustó, ahora me gustó más. Es una serie estupenda, sin dudas.

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