Notas (del mismo J. R. R. Tolkien)

 

 

 

 

1. Con la intención de que la palabra se comprenda en sus antiguas significaciones, que continuaron hasta Spenser..., malditos sean Shakespeare y sus condenadas telarañas.

 

 

 

 

2. Aunque he pensado sobre ellas no poco.

 

 

 

 

3. Concierne fundamentalmente, supongo, al problema de las relaciones del Arte (y la Subcreación) y la Realidad Primaria.

 

 

 

 

4. No es el Iniciador del Mal: la suya fue una Caída subcreadora, de ahí que los Elfos (los representantes de la subcreación por excelencia) fueran peculiarmente sus enemigos y el objeto especial de su deseo y su odio, y que también estuvieran expuestos a su engaño. La de ellos era una Caída a la posesividad y (en un menor grado) a la perversión de su arte para la obtención de poder.

 

 

 

 

5. En la medida en que todo esto tiene significación simbólica o alegórica, la luz es un símbolo fundamental de tal índole en la naturaleza del Universo, que apenas puede analizarse. La Luz de Valinor (derivada de la luz antes de que tuviera lugar caída alguna) es la luz del arte no divorciado de la razón, que ve las cosas a la vez de manera científica (o filosófica) e imaginativa (o subcreativa) y «dice que son buenas»... y hermosas. La Luz del Sol (o de la Luna) deriva de los Árboles sólo después de haber sido éstos mancillados por el Mal.

 

 

 

 

6. Por supuesto, en realidad esto sólo significa que mis «elfos» son una representación o aprehensión de una parte de la naturaleza humana, pero ése no es el modo legendario de hablar.

 

 

 

 

7. Existe en verdad como un poema de considerable extensión, del que la versión en prosa que figura en El Silmarillion es sólo una versión reducida.'

 

 

 

 

8. Su nombre es de origen anglosajón: earendel, « rayo de luz », que se aplica a veces ala estrella de la mañana, un nombre de conexiones mitológicas ramificadas (ahora en amplia medida oscuras). Pero eso es meramente una «nota erudita». En realidad, su nombre es élfico y significa el Gran Marinero o Amante del Mar.

 

 

 

 

9. Nombre que Lewis ha tomado de mi, y me es imposible prohibirle su empleo; lo escribe equivocadamente Numinor. Númenóre significa en «élfico» simplemente Oesterncase o Tierra del Oeste, y no se relaciona con numen «inmaterial»

 

 

 

 

10. Elrond simboliza la tradición antigua, y su cara representa la sabiduría común, la preservación reverente de todas las tradiciones referidas a la bondad, el conocimiento y la belleza. No es una escena de acción sino de reflexión. Es por tanto un lugar de paso para todos los hechos o «aventuras». Puede encontrarse en el curso del camino, pero quizá sea necesario tomar un rumbo totalmente inesperado. Así ocurre en El Señor de los Anillos: habiendo escapado Elrond de la persecución inminente del mal, el héroe parte en una dirección completamente nueva, decidido a enfrentar el mal en sus orígenes.

 

 

 

 

11. Se adopta el punto de vista (como claramente reaparece más tarde en el caso de los Hobbits que tienen el Anillo en su poder por un tiempo) de que cada «Especie» tiene sus esperanzas de vida, que se integran en su naturaleza biológica y espiritual. Ésta no puede incrementarse cualitativa o cuantitativamente; de modo que la prolongación en el tiempo es como estirar un alambre que se vuelve cada vez más tenso o «extender la mantequilla cada vez más delgada»: se convierte en un tormento intolerable.

 

 

 

12. Sólo en el tiempo transcurrido entre El Hobbit y su continuación se descubre que el Nigromante es Sauron Redivivus, que ha crecido de prisa hasta alcanzar forma visible y adquirir poder nuevamente. Escapa y vuelve a Mordor y la Torre Oscura.

 

 

 

 

13. Los Hobbits, por supuesto, representan realmente una rama de la raza específicamente humana (ni Elfos ni Enanos); de ahí que las dos especies puedan vivir juntas (como en Bree), y se llaman simplemente la Gente Grande y la Gente Pequeña. Están totalmente privados de poderes sobrehumanos, pero se los representa como en contacto más íntimo e¡« la «naturaleza» (la tierra y otras criaturas vivientes, las plantas y los animales) y anor~ente libres, según lo que es corriente en los humanos, de ambiciones o la codicia de la riqueza Se los hace pequeños (tienen poco más de la mitad de la estatura de un hombre, pero decrecen con la edad) en parte para exhibir la mezquindad del hombre, del hom­estrecho de miras y poco imaginativo, aunque no con la pequeñez ni el salvajismo de Swift y sobre todo para mostrar en criaturas de muy escasa potencia física el asombroso e inesperado heroísmo de los hombres ordinarios «en casos de apuro».

 

 

 

 

14. En ningún sitio se explica plenamente el lugar de origen o la naturaleza de «los Magos». Su nombre, relacionado con los Sabios, es una anglificación de su nombre élfico, y en todo momento se emplea como enteramente diferente de Hechicero o Brujo. Se descubre finalmente que eran, como podría decirse en el contexto de estos cuentos, el equivalente más cercano de los Ángeles, Ángeles Guardianes. Sus poderes se centran primordialmente en alentar a los enemigos del mal, y estimular su ingenio y valor para que se unan y resistan. Aparecen siempre como ancianos y sabios, y aunque en el mundo ellos mismos sufren (enviados por las potestades del Verdadero Oeste), su edad aumenta sólo muy lentamente y sus cabellos grises apenas cambian. Gandalf, cuya función es específicamente vigilar los asuntos humanos (de los Hombres y los Hobbits), continúa su marcha a través de todos los cuentos.

 

 

 

 

15. La hostilidad de los Enanos y los Elfos (aun de los buenos), un motivo que aparece con frecuencia, deriva de las leyendas de la Primera Edad; las Minas de Moria, las guerras de los Enanos y los Orcos (trasgos, la soldadesca del Señor Oscuro) se refieren a la Segunda Edad y a principios de la Tercera.

 

 

 

 

16. Pero como a cada cual le ha disgustado esto o aquello, descubriría (si considerara todas las críticas juntas y las obedeciera) que me queda muy poco, y se me obliga a llegar a la conclusión de que una obra tan grande (en extensión) no puede ser perfecta, y aun si lo fuera, no podría gustarle enteramente a ningún lector.