Suma teológica - Parte II-IIae - Cuestión 183
Los oficios y estados de los hombres en general
Vamos a estudiar, a continuación, los diversos estados y oficios de los hombres. Primero trataremos de ellos en general, y luego, específicamente, del estado de los perfectos (q.184).

Sobre lo primero se plantean cuatro problemas:

  1. ¿Qué es necesario para constituir estado entre los hombres?
  2. ¿Debe haber diversos estados u oficios entre los hombres?
  3. ¿En qué se distinguen los oficios?
  4. ¿En qué se diferencian los estados?
Artículo 1: ¿Implica el concepto de estado libertad o servidumbre? lat
Objeciones por las que parece que el concepto de estado no implica libertad ni servidumbre.
1. Estado se deriva del latín stare, «estar derecho». Y estar derecho se dice de alguno, a su vez, por razón de la rectitud. Por eso leemos en Ez 2,1: Hijo de hombre, mantente en pie. Y San Gregorio dice en VII Moral.: Quienes se dejan llevar por palabras pecaminosas se alejan de todo estado de rectitud. Pero el hombre adquiere la rectitud espiritual al someter a Dios su voluntad. Por eso, a propósito del pasaje del salmo 32,1: Bien está a los rectos la alabanza, dice la Glosa: Son rectos aquellos que dirigen su corazón a Dios. Luego parece que la obediencia a los mandatos divinos basta para constituir estado.
2. La idea de estado parece que lleva consigo inmovilidad, según lo que se dice en 1 Cor 15,58: Permaneced firmes e inconmovibles. Por eso dice San Gregorio en Super Ez.: Es una piedra cuadrada y estable en todos sus lados el que no cae por algún cambio. Ahora bien: la verdad es la que hace obrar de manera inmutable, según se dice en II Ethic.. Luego parece que por cualquier acto de virtud se alcanza el estado.
3. El concepto de estado parece referirse a una determinada altura, puesto que uno está de pie cuando se incorpora. Pero uno se hace más excelente que otros por los distintos oficios. De igual modo, los hombres se constituyen en distintas alturas debido a los diversos grados u órdenes. Luego la diversidad de grados, órdenes u oficios es suficiente para la diversidad de estados.
Contra esto: está lo que hallamos en los Decretos, caus.II q.6: Si alguna vez es acusado alguien de causa capital o de cuestión de estado, ha de defenderse por sí mismo y no por procuradores, donde por cuestión de estado se entiende lo relativo a la libertad o a la servidumbre. Parece, pues, que el estado del hombre no cambia si no cambia lo relacionado con la libertad o la esclavitud.
Respondo: Estado, propiamente hablando, significa una posición particular conforme a la naturaleza, con cierta estabilidad. En efecto, es natural al hombre tener la cabeza levantada, los pies apoyados en el suelo y los demás miembros convenientemente ordenados, lo cual no sucede cuando el hombre está sentado o echado, sino sólo cuando está de pie. Tampoco se dice que lo esté cuando camina, sino cuando está quieto. Por eso, también en el campo de las acciones humanas se dice, de cualquier asunto, que está estabilizado, atendiendo al orden de la propia disposición y, al mismo tiempo, a cierta inmovilidad o reposo. Por eso, entre los hombres, no constituyen estado las cosas que cambian y son extrínsecas, como, por ejemplo, el que uno sea rico o pobre, el que esté constituido en dignidad o sea de condición humilde, etc. De ahí que se diga, incluso, en derecho civil, que aquel a quien se aparta del Senado pierde más dignidad que estado. Pero parece que sólo pertenece al estado del hombre lo que se refiere a la obligación de su misma persona, en cuanto que la persona puede ser dueña de sí misma o depender de otra, y no por causa leve o fácilmente mutable, sino por algo permanente, que es lo que implica el concepto de libertad o esclavitud. Por consiguiente, el estado pertenece propiamente a la libertad o esclavitud, sea en materia espiritual o civil.
A las objeciones:
1. La posición recta no pertenece al concepto de estado por sí misma, sino sólo en cuanto que es connatural al hombre y va unida a la idea de inmovilidad. Por eso, en los demás animales, es necesario que estén en posición recta para que pueda decirse que están de pie, como tampoco se dice de los hombres, por recta que sea su posición, a no ser que estén parados.
2. La inmovilidad no es suficiente para el concepto de estado, puesto que también están en posición de descanso los que están sentados o echados, y no se dice que estén de pie.
3. El oficio se dice por relación al acto, mientras que el grado implica superioridad de la condición de la persona.
Artículo 2: ¿Debe haber distintos oficios o estados en la Iglesia? lat
Objeciones por las que parece que no debe haber diversidad de oficios o estados en la Iglesia.
1. La diversidad está reñida con la unidad. Pero los fieles de Cristo son llamados a la unidad, según se dice en Jn 17,21-22: Que sean uno en nosotros, como nosotros somos uno. Luego en la Iglesia no debe haber diversos oficios o estados.
2. La naturaleza no emplea muchos medios en aquellos que puede realizar mediante uno solo. Ahora bien: la acción de la gracia es mucho más ordenada que la de la naturaleza. Luego sería conveniente que lo referente a las operaciones de la gracia fuera administrado por las mismas personas, de modo que no hubiera en la Iglesia diversidad de oficios o estados.
3. Parece que el bien de la Iglesia consiste sobre todo en la paz, según se dice en el salmo 147,3: El que puso la paz en tus fronteras. Y en 2 Cor 13,11 se nos recomienda: Conservad la paz y el Dios de la paz estará con vosotros. Pero la diversidad no favorece la paz, mientras que parece que la paz la proporciona la semejanza, según se dice en Eclo 13,9: Todo animal ama a su semejante. Y el Filósofo dice, en VII Polit., que la más pequeña diferencia produce disensión en una ciudad. Por tanto, parece que no es conveniente que haya en la Iglesia diversidad de estados y oficios.
Contra esto: está el hecho de que en el salmo 44,10 se dice, como elogio de la Iglesia, que está revestida de variedad. Y la Glosa comenta al respecto que la reina, es decir, la Iglesia, está adornada por la doctrina de los apóstoles, la confesión de los mártires, la pureza de las vírgenes y el llanto de los penitentes.
Respondo: La diversidad de estados y oficios en la Iglesia obedece a tres razones. En primer lugar, para la perfección de la misma Iglesia, dado que, del mismo modo que, en el orden natural, la perfección, que se halla en Dios de un modo esencial y uniforme, no puede encontrarse en las cosas de un modo disforme y múltiple, así también la plenitud de la gracia, que está unificada en Cristo como cabeza, se reparte de diversos modos en sus miembros para que el cuerpo de la Iglesia sea perfecto. Esto es lo que dice el Apóstol en Ef 4,11-12: El constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y doctores, para la perfección consumada de los santos.

En segundo lugar, para la realización de las acciones necesarias en la Iglesia es preciso emplear personas distintas si se quiere que todo salga bien y sin confusión. Esto mismo dice el Apóstol en Rom 12,4-5: Asi como en un mismo cuerpo tenemos muchos miembros, y no todos los miembros realizan las mismas acciones, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo.

En tercer lugar, esto es necesario para la dignidad y belleza de la Iglesia, la cual consiste en un cierto orden. Por eso leemos en 3 Re 10,4-5 que la reina de Saba, al ver toda la sabiduría de Salomón, las habitaciones de sus servidores y el orden de sus oficios, quedó fuera de sí. Y el Apóstol dice, en 2 Tim 2,20, que en una casa grande no sólo hay vasos de oro y plata, sino también de madera y de barro.

A las objeciones:
1. La diversidad de estados y de oficios no impide la unidad de la Iglesia, que se realiza mediante la unidad de la fe, de la caridad y de la ayuda mutua, según lo que dice el Apóstol en Ef 4,16: Por quien todo el cuerpo está trabado, por la fe, y unido, es decir, por la caridad, por todos los ligamentos que lo unen y nutren, es decir, por el hecho de servirse unos a otros.
2. Así como la naturaleza no emplea muchos medios en lo que puede hacer con uno, tampoco se limita a realizar mediante uno lo que requiere muchos, según se nos dice en 1 Cor 12,17: Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde estaría el oído? Por eso en la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo, fue preciso que hubiera diversos miembros según los distintos oficios, estados y grados.
3. Así como en el cuerpo natural los diversos miembros están unidos mediante la virtud del espíritu que los vivifica, y faltando el cual se separan del cuerpo los miembros, también en el cuerpo de la Iglesia se conserva la paz de los distintos miembros por la acción del Espíritu Santo, que da vida al cuerpo de la Iglesia, como se dice en Jn 6,64. Por eso dice el Apóstol en Ef 4,3: Solícitos en guardar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Se separa alguno de esta unidad del Espíritu cuando busca su propio bien, al igual que en una ciudad terrena desaparece la paz cuando los ciudadanos buscan su propio interés. Por el contrario, la distinción de oficios y de estados favorece tanto la paz espiritual como la social, porque obliga a más hombres a dedicarse a la paz pública. Por eso dice el Apóstol, en 1 Cor 12,24-25, que Dios dispuso el cuerpo de tal manera que no hubiera escisiones, antes todos los miembros se preocupen unos de otros.
Artículo 3: ¿Se distinguen los oficios por sus actos? lat
Objeciones por las que parece que los oficios no se distinguen por sus actos.
1. Existe una infinita diversidad de actos humanos, tanto en el orden espiritual como en el temporal. Pero no puede establecerse una distinción fija en lo que es infinito. Luego no pueden distinguirse de una manera correcta los oficios humanos por sus distintos actos.
2. La vida activa y la contemplativa se distinguen por sus actos, como dijimos antes (q.179 a.1). Pero parece diferente la distinción entre éstas y los oficios. Por tanto, los oficios no se distinguen por los actos.
3. Parece que también los órdenes, estados y grados -eclesiásticos se distinguen por sus actos. Luego si los oficios se distinguen por sus actos, parece que se deduciría que es la misma la distinción de los oficios, de los grados y de los estados, lo cual es falso, porque se dividen de distinta forma en sus respectivas partes. Por consiguiente, no parece que los oficios se distingan por sus actos.
Contra esto: está el testimonio de San Isidoro, quien dice, en sus Etymol., que oficio se deriva del verbo «efficere», y se dice «officium» en vez de «efficium» por eufonía. Y puesto que el obrar (efficere) se refiere a la acción, los oficios se distinguen por sus actos.
Respondo: Como ya expusimos (a.2), la diversidad de los miembros de la Iglesia se ordena a tres fines: a la perfección, a la acción y al decoro. Según estos tres fines, puede tomarse una triple distinción en la diversidad de los fieles. Una, con respecto a la perfección. Conforme a ello se toma la diferencia de estados, al ser unos más perfectos que otros. Otra distinción se toma respecto de la acción, y es la distinción de oficios, pues se dice que están en oficios distintos aquellos que están dedicados a diversas acciones. Y, finalmente, una tercera se refiere al orden de la belleza de la Iglesia. Es la que da origen a la diferencia de grados en cuanto que, incluso en el mismo estado u oficio, uno es superior a otro. Por eso dice una versión del salmo 47,4: Dios será conocido en sus grados.
A las objeciones:
1. La diversidad material de los actos humanos es infinita. Ahora bien: los oficios no se distinguen por ella, sino por una diversidad formal, que se toma por las diversas especies de actos, en cuanto que los actos del hombre no son infinitos.
2. Vida es un término absoluto. Por eso la diversidad de vidas se toma de los diferentes actos que convienen al hombre en sí mismo. Pero la eficiencia, de donde se deriva el nombre de oficio, como dijimos (sed contra), implica una acción que tiende a un término distinto del sujeto, como se dice en X Metaphysic.. Por eso los oficios se distinguen propiamente según los actos que se refieren a otros, al igual que se dice que el médico, el juez, etc., tienen un oficio. Por eso dice San Isidoro que oficio consiste en hacer lo que a nadie perjudique, es decir, no haga daño a nadie y sea útil a todos.
3. La diversidad de estados, oficios y grados se toma desde distintos puntos de vista, como ya dijimos (In corp.). Puede suceder, no obstante, que esta triple distinción tenga lugar en un mismo individuo. Cuando alguien es designado para un oficio más alto, adquiere, a la vez, un oficio y un grado y, a su vez, un estado de perfección por la excelencia del acto, como sucede en los obispos. Pero las órdenes sagradas se distinguen en especial por los oficios divinos, pues dice San Isidoro en sus Etimologías: Hay muchas clases de oficios, pero el principal es el que se ocupa de las cosas sagradas y divinas.
Artículo 4: ¿Se toma la diferencia de estados de los principiantes, avanzados y perfectos? lat
Objeciones por las que parece que la diferencia de estados no se toma de los principiantes, avanzados y perfectos.
1. Realidades distintas tienen especies y diferencias también distintas. Pero esta distinción en principiantes, avanzados y perfectos corresponde al grado de caridad, como se dice en Suppl. q.34. Luego parece que no puede atenderse a esto para distinguir los estados.
2. El estado, como ya dijimos (a.1), atiende a la condición de servidumbre o libertad, a la cual no parece que haga referencia esta distinción en principiantes, avanzados y perfectos. Luego no es adecuada la distinción de los estados atendiendo a esto.
3. Parece que los principiantes, avanzados y perfectos se distinguen de más a menos, lo cual parece que pertenece, más bien, a la razón de grado. Pero la división de grados y la de estados son distintas, como ya se dijo (q.176). Luego no es correcta la división en principiantes, avanzados y perfectos.
Contra esto: está el testimonio de San Gregorio, quien dice en IV Moral.: Los convertidos presentan un triple modo de ser según estén en el principio, en el medio o en el fin. Y en Super Ez. dice: Una cosa es el principio de la virtud, otra el progreso y otra la perfección.
Respondo: Como ya observamos antes (a.1), el estado hace referencia a la libertad o a la esclavitud. Ahora bien: en las cosas espirituales se da una doble esclavitud y una doble libertad. Una es la esclavitud del pecado y otra la esclavitud de la justicia. Del mismo modo, una es la libertad del pecado y otra la libertad de la justicia, como dice el Apóstol en Rom 6,20.22: Cuando erais siervos del pecado estabais libres respecto de la justicia. Pero ahora, libres del pecado, habéis sido hechos siervos de Dios. Y se da esclavitud respecto del pecado o de la justicia cuando uno se inclina al mal o al bien por el hábito de la justicia. De igual modo se da libertad del pecado cuando uno no es vencido por la inclinación a él, y libertad de la justicia cuando uno no huye del mal por amor a ella. Sin embargo, dado que el hombre se inclina, por su razón natural, a la justicia, mientras que el pecado va contra la razón natural, sigúese que la libertad del pecado es verdadera libertad, que va unida a la esclavitud de la justicia, porque mediante ambas tiende el hombre hacia aquello que le es conveniente. De igual modo, la auténtica esclavitud es la del pecado, a la que va unida la libertad de la justicia, porque ambas impiden al hombre alcanzar el bien que le es propio. Pero el que el hombre se haga esclavo de la justicia o del pecado depende de su modo de obrar, como dice el Apóstol en el mismo pasaje (v.16): Ofreciéndoos a uno para obedecerle os hacéis esclavos de aquel a quien os sujetáis, sea del pecado para muerte, sea de la obediencia para la justicia. Ahora bien: en toda ocupación del hombre puede considerarse un principio, un medio y un fin. Por eso es adecuado que el estado de esclavitud y libertad espiritual se distinga en tres grados: atendiendo al principio, al que pertenece el estado de los principiantes; al medio, y tenemos el estado de adelantados, y al fin, y tenemos el estado de los perfectos.
A las objeciones:
1. La libertad del pecado se realiza por medio de la caridad, que se derrama en nuestros corazones por el Espíritu Santo, como se dice en Rom 5,5. Por eso dice en 2 Cor 3,17: Donde está el espíritu del Señor, allí hay libertad. Por eso es la misma la división de la caridad y la de los estados referentes a la libertad espiritual.
2. Los principiantes, avanzados y perfectos, con relación a los cuales se distinguen los estados, no se llaman así por cualquier ocupación, sino por ocuparse de algo en relación con la libertad o esclavitud espiritual, como ya dijimos (In corp.; a.1).
3. Como ya dijimos (a.3 ad 3), no hay inconveniente en que el grado y el estado se den en un mismo individuo, puesto que en el orden humano, el que es libre, no sólo es de un estado distinto del estado del esclavo, sino que pertenece a un grado más alto.