Mas Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto. Y allí permaneció cuarenta días, y fue tentado por el diablo. Y nada comió durante aquellos días, y concluidos, tuvo hambre. Entonces el diablo le dijo: "Si eres Hijo de Dios di a esta piedra que se haga pan". Y Jesús le respondió: "Está escrito: El hombre no vive sólo de pan, sino de toda palabra de Dios". (vv. 1-4)
Teofilacto
Jesucristo es tentado después del bautismo para insinuarnos que nos aguardan tentaciones después que seamos bautizados, de donde se dice: "Mas Jesús, lleno del Espíritu Santo", etc.
San Cirilo, in Cat. graec. Patr
Había dicho Dios ( Gén 6,3): "Mi Espíritu no permanecerá en estos hombres, porque no son sino carne"; mas al punto que fuimos enriquecidos con la regeneración por el agua y el Espíritu, fuimos hechos participantes de la naturaleza divina por comunicación del Espíritu Santo. El Primogénito entre muchos hermanos recibió el Espíritu el primero, El, que es el dador del Espíritu para que por El llegase también a nosotros la gracia del Espíritu Santo.
Orígenes, in Lucam hom. 29
Cuando leas que Jesús "estaba lleno del Espíritu Santo", y veas escrito en los Hechos de los Apóstoles que los apóstoles fueron llenos del Espíritu Santo, guárdate de pensar que los apóstoles sean iguales al Salvador. Del mismo modo que diciendo: estos vasos están llenos de vino o de aceite, no dices a continuación que están llenos con igual medida; así Jesús y Pablo estaban llenos del Espíritu Santo, pero el vaso de Pablo era mucho menor que el de Jesús, y no obstante estaban ambos llenos según su medida. Recibido el bautismo, el Salvador, lleno del Espíritu Santo -que había venido del cielo sobre El en forma de paloma- fue conducido por el Espíritu; porque todos los que son conducidos por el Espíritu, son hijos de Dios ( Rom 8,14.). Mas éste era propiamente Hijo de Dios, de una manera superior a todos.
Beda
A fin de que nadie dudase por qué espíritu quisieron decir los otros evangelistas que fue conducido (o empujado) al desierto, dice oportunamente San Lucas: "Y fue llevado por el Espíritu, durante cuarenta días, en el desierto", a fin de que no se creyese que el espíritu inmundo había podido algo contra Aquel, que, lleno del Espíritu Santo, obraba según su voluntad.
Griego, in Cat., graec. Patr
Si nosotros disponemos nuestra vida según nuestro arbitrio propio, ¿cómo hubiera podido El ser impelido contra su voluntad? Luego lo que se dice: "Llevado por el Espíritu", tiene esta significación: Pasó espontáneamente a una vía espiritual para dar ocasión al tentador.
San Basilio
No provoca al enemigo con palabras, sino que busca el desierto, y lo excita con sus obras; pues el diablo se deleita en el desierto; no puede soportar las ciudades, y le entristece la concordia de los ciudadanos.
San Ambrosio
Iba a propósito al desierto para provocar al diablo; pues si aquél no hubiese combatido, éste no hubiese vencido para mí, librando misteriosamente del destierro a aquel Adán que había sido expulsado del paraíso al desierto, demostrándonos con el ejemplo, que el diablo nos envidia cuando tendemos a lo mejor; y que entonces debemos estar más en guardia, para que la enfermedad de nuestra alma no pierda la gracia del misterio; de donde sigue: "Y era tentado por el diablo".
San Cirilo, in Cat. graec. Patr
He allí entre los combatientes Aquel que, como Dios, decide en los combates. Está entre los que reciben coronas Aquel que corona la frente de los santos.
San Gregorio, Moral. 1, 3
Sin embargo, nuestro enemigo no puede derribar con la tentación el alma del Mediador de Dios y de los hombres. Se había dignado tomar exteriormente las tentaciones de tal modo, que su alma permaneciese inquebrantablemente unida interiormente a la Divinidad.
Orígenes, in Lucam hom. 29
Jesús fue tentado por el diablo durante cuarenta días en el desierto. No sabemos cuáles fueron estas tentaciones; las que acaso fueron omitidas, porque eran más de las que podían escribirse.
San Basilio
O el Señor no fue tentado durante los cuarenta días. Conocía el diablo que ayunaba y no tenía hambre, y por eso no se atrevía a acercarse; por lo que sigue: "Y nada comió en aquellos días", etc. Ayunó para demostrarnos que el ayuno es necesario al que se quiere preparar al combate de las tentaciones.
San Ambrosio, in Lucam 1, 4 praefat
Tres cosas hay que aprovechan para la salvación del hombre: el sacramento, el desierto y el ayuno. Ninguno será coronado, si no pelea bien; y ninguno es admitido al combate de la virtud, si antes no es consagrado con el don de la gracia celestial, lavado de todas las manchas de sus delitos.
San Gregorio Nac., Orat. in sanct. lavacr.
Ayunó cuarenta días, no comiendo nada (pues era Dios). Nosotros ayunamos proporcionalmente a nuestras fuerzas, aunque el celo aconseja a algunos que pueden ir más allá.
San Basilio, in Cat. graec. Patr
Sin embargo, no debe obrarse con el cuerpo de modo que (por falta de alimento) pierda su vigor natural, o que el espíritu se abata por el exceso de debilidad. Por eso el Señor hizo esto sólo una vez, gobernando su cuerpo, durante el tiempo siguiente, con el debido orden, y lo mismo hicieron Moisés y Elías.
Crisóstomo, hom. 13, in Math
Obró prudentemente al no exceder, en el ayuno, el número de días de aquéllos, a saber, para que no se creyese que había venido aparentemente, o que no tenía verdadera carne, o que la tenía superior a la naturaleza humana.
San Ambrosio
Reconoces el número místico de cuarenta días. Recuerdas que las aguas del diluvio cayeron durante ese mismo número de días, y que después de otros tantos días, santificados por el ayuno, Dios hizo reaparecer la clemencia de un cielo más sereno. Por otros tantos días de ayuno, Moisés mereció recibir la ley, y los patriarcas en el desierto se alimentaron otros tantos años del pan de los ángeles.
San Agustín, de Cons. Evang., lib. 2, cap. 4
Este número es el símbolo de esta laboriosa vida, durante la cual, conducidos por Cristo nuestro Rey, luchamos contra el diablo. Este número significa la vida temporal. En efecto, el tiempo de los años se divide en cuatro estaciones. Además, cuarenta contiene cuatro veces diez, y estos diez consuman su número multiplicándose desde el uno al cuatro, lo cual nos muestra que el ayuno de cuarenta días (esto es, la humillación del alma) fue consagrado en la Ley y los Profetas por Moisés y Elías, y en el Evangelio por el ayuno del mismo Señor.
San Basilio
Mas como el no tener hambre es superior al hombre, tomó el Señor la pasión del hambre, sabiendo que no es pecado, y concedió, cuando quiso, a la naturaleza humana sentir y hacer lo que es de su condición, de donde sigue: "Y transcurridos aquellos días, tuvo hambre". No obligado por la necesidad que siente la naturaleza, sino como provocando al diablo al duelo. Sabiendo el diablo que allí donde hay hambre hay debilidad, se acerca para tentarlo, y como imaginador e inventor de tentaciones, aconsejaba a Cristo paciente que apagase el apetito con piedras, de donde sigue: "Díjole, pues, el diablo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan", etc.
San Ambrosio
Sabemos que el diablo emplea tres armas para herir el alma del hombre: la gula, la vanagloria y la ambición. Empieza por aquella con que había ya vencido (esto es, a Adán). Aprendamos, pues, a evitar la gula, a evitar la sensualidad, porque es dardo del diablo. Pero ¿qué quiere decir con esta frase: "Si eres Hijo de Dios", sino que sabía que el Hijo de Dios había de venir, mas no pensaba que vendría con esta enfermedad natural? Explora y tienta. Dice que le cree Dios, e intenta burlarse de un hombre.
Orígenes, in Lucam hom. 29
El padre a quien su hijo pide pan, no le da una piedra; mas éste (como adversario burlón y falaz) le daba por pan una piedra.
San Basilio
Le aconsejaba que apagase el apetito con piedras, esto es, quería apartar su deseo de los alimentos naturales y dirigirle hacia aquellos que son contra la naturaleza (o fuera de la naturaleza).
Orígenes, ut sup
Me parece que aun hoy el diablo muestra una piedra, y excita a decir: "Di que esta piedra se convierta en pan". Si vieres a los herejes comer la mentira de sus dogmas en vez de pan, ten entendido que sus predicaciones son la piedra que les muestra el diablo.
San Basilio, in Cat. graec. Patrum
Cristo, disipador de las tentaciones, no libra a la naturaleza del hambre (como causa de males, siendo más bien conservadora de nuestra vida), sino que conteniendo a la naturaleza dentro de sus propios límites, demuestra cuál es su alimento, por lo que sigue: "Y Jesús le respondió: Escrito está: No de sólo pan vive el hombre", etc.
Teofilacto
Como si dijese: La naturaleza humana no se sustenta sólo con pan, el Verbo de Dios basta para sustentar toda la naturaleza humana. Así fue alimentado el pueblo israelita, recogiendo maná cuarenta años ( Ex 15,15), y apresando aves ( Núm 11,32). Por disposición de Dios los cuervos procuraron alimento a Elías ( 1Re 17,6); Eliseo nutrió con hierbas silvestres a sus compañeros ( 2Re 4,9).
San Cirilo
O de otro modo, nuestro cuerpo terrestre se nutre con alimentos terrestres, mas el alma racional se vigoriza con el Verbo divino para la buena acción del espíritu.
San Gregorio Nacianceno, ubi sup. ex lambicis
Pues un cuerpo no alimenta a una naturaleza incorpórea.
San Gregorio Niceno, in Ecclesiastem, hom. 5
La virtud no se alimenta con pan, ni con carnes lo pasa bien el alma y engorda. Con otros manjares se desarrolla la vida sublime y crece. La nutrición del bueno es la castidad; el pan, la sabiduría; la comida, la justicia; la bebida, la firmeza; la delectación, la ciencia.
San Ambrosio
Ya ves de qué armas se sirve contra la tentación de la gula, para defender al hombre de las insinuaciones del espíritu maligno. No usa de su poder como Dios (¿de qué nos aprovecharía?), sino que llama a sí, como hombre, el auxilio que nos es común a todos; piensa en el alimento de las divinas enseñanzas, para olvidar el hambre del cuerpo y obtener el alimento del Verbo; pues el que sigue al Verbo, no puede desear el pan terreno, porque las cosas divinas están muy por encima de las cosas humanas. Cuando dijo: "El hombre no vive sólo de pan", demostró que su humanidad sola fue tentada, esto es, lo que tomó de nosotros, no su divinidad.