Y habiendo tomado el pan dio gracias, y lo partió, y se lo dio diciendo: "Este es mi cuerpo, que es dado por vosotros; esto haced en memoria de mí". Y asimismo el cáliz, después de haber cenado, diciendo: "Este cáliz es el Nuevo Testamento en mi sangre, que será derramada por vosotros". (vv. 19-20)
Beda
Terminadas las solemnidades de la antigua Pascua pasa a ocuparse de la nueva, deseando que se perpetúe en la Iglesia la memoria de la redención. Pero sustituyó la carne y la sangre del cordero con el sacramento de su Carne y su Sangre bajo las figuras del pan y del vino. Fue hecho sacerdote eterno según el orden de Melquisedec ( Sal 109; Heb 7). Por ello dice: "Y habiendo tomado el pan, dio gracias". Como dio gracias porque terminaban las antiguas figuras, nos dio ejemplo para que diésemos las gracias por todo beneficio tanto al principio como al fin, porque debe darse gracias a Dios en toda obra buena. Prosigue: "Y lo partió". Partió el pan que distribuyó, para prefigurar la mortificación de su cuerpo -es decir su Pasión- que habría de tener lugar porque El así lo quería: "Y se lo dio, diciendo: 'Este es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros'".
San Gregorio Niceno., orat. De baptismo vel in baptismum Chisti.
El pan, antes de la consagración, es un pan ordinario. Pero cuando se le consagra, se convierte en Cuerpo de Jesucristo y se le llama así.
San Cirilo. In oratione catechetica.
Y no dudes que esto sea así, porque lo dice terminantemente: "Este es mi Cuerpo". Estas palabras del Salvador estimulan nuestra fe, y donde hay verdad no cabe la mentira. Se equivocan todos los que dicen que esta bendición mística carece de santidad si quedan algunas partículas para el día siguiente. No desaparece el Cuerpo de Jesucristo, porque existen a la vez en El la fuerza de la bendición y la gracia vivificante. Además, la gracia vivificante del Padre es el Hijo que se hizo hombre, no dejando de ser Verbo, sino vivificando la humanidad.
San Cirilo. In oratione catechetica.
Si en algún líquido se introduce un poco de pan, lo verás embebido de aquél. Del mismo modo, el Verbo de Dios vivificante, uniéndose con la humanidad, la vivificó. Por tanto, ¿no será vivificado nuestro cuerpo dado que la vida de Dios está en nosotros, por el Verbo de Dios que permanece en nosotros? Pero una cosa es tener dentro de nosotros a Jesucristo por participación, y otra que El se hiciese carne, esto es, que tomase cuerpo de la Virgen, viviendo con un cuerpo verdadero. Convenía, pues, que El se uniese a nuestros cuerpos en cierto sentido, por la participación de su Cuerpo sacratísimo y de su Sangre adorable, que recibimos como bendición vivificante, en los accidentes de pan y de vino. Para que no nos horrorizásemos viendo la carne y la sangre en nuestros altares, condescendiendo el Señor con nuestras debilidades, introduce la fuerza de la vida a las ofrendas, convirtiéndolas en su propia carne real, de modo que se encuentre en nosotros el cuerpo de la vida como si fuese un germen vivificante. Por esto añade: "Haced esto en memoria mía".
Crisóstomo. sup joan., homil. 45, vel 46
Jesucristo obró así, queriéndonos elevar a la alianza más amistosa de la mayor intimidad, manifestando plenamente su caridad respecto de nosotros. Se ofrece, no sólo para ser reconocido sino también para ser tocado, consumido, abrazado por todos los que lo desean y para que le muestren todo su afecto. Por lo tanto, si nos alejamos de aquella mesa, somos convertidos por el diablo en terribles leones furiosos.
San Basilio., in Moral. Regula 21, cap 3, et in regulis brevioribus ad interrog. 172
Aprende por qué conviene recibir el Cuerpo de Jesucristo en memoria de la obediencia de Jesucristo hasta la muerte; para que los que viven, no vivan más de su propia vida, sino de la vida de Aquel que por ellos murió y resucitó ( 2Cor 5,15).
Teófil
San Lucas menciona dos cálices (v. 17). De uno había dicho antes: "tomad y distribuidlo entre todos". Algunos dicen que éste fue el tipo del Antiguo Testamento. Del otro hace mención cuando, después de haber partido el pan el Salvador y haberlo distribuido a sus discípulos, añade: "Y asimismo el cáliz después que cenó".
Beda
Se sobreentiende "les dio", para que la construcción sea perfecta.
San Agustín., de cons. Evang. Lib.3, cap. 1
San Lucas habla dos veces del cáliz. Primero, antes de que Jesucristo distribuyera el pan, y la segunda, cuando ya lo había distribuido. La primera mención la hace de memoria, como acostumbra hacerlo, y ciertamente la segunda vez que lo menciona, según el orden correspondiente, lo hace no recordando lo anterior. Reunido uno y otro texto, vienen a decir lo mismo que refieren los dos, esto es, San Mateo y San Marcos.
Teófil
El Señor llama a este cáliz Nuevo Testamento. Por ello sigue: "Diciendo: 'Este cáliz es el Nuevo Testamento en mi Sangre, que será derramada por vosotros'", dando a entender que el Nuevo Testamento comienza en su sangre. Porque la sangre de los animales se derramó con abundancia en el Antiguo Testamento desde que se promulgó la ley. Pero ahora la sangre del Verbo de Dios nos representa el Nuevo Testamento. Cuando dice, pues, por vosotros, no quiere decir que sólo por los apóstoles se ha concedido y derramado su sangre, sino por todo el género humano. La antigua Pascua se celebraba en conmemoración de la libertad de Egipto; la sangre del cordero sirvió para salvar a los primogénitos. Pero la nueva Pascua se estableció para la remisión de los pecados, y la sangre de Jesucristo se derramó para la santificación de los que se han consagrado a Dios.
Crisóstomo., hom. 45, vel 46, in Joan
Esta sangre reproduce en nosotros la imagen del rey: no permite que se malogre la nobleza del espíritu, riega el espíritu con abundancia y le inspira amor a la virtud. Esta sangre hace huir a los demonios, atrae a los ángeles y al Señor de los ángeles. Esta sangre derramada ha lavado a todo el mundo y ha facilitado el camino del cielo. Los que participan de esta sangre están cimentados en las virtudes celestiales, y vestidos con la estola regia de Jesucristo, es decir, cubiertos con el palio real. Y así como si te acercas bien purificado recibes gran beneficio, si te acercas manchado con la culpa, te haces acreedor a la pena y al castigo eterno. Porque así como el que mancha la púrpura real merece igual castigo que los que la rasgan directamente, así no puede considerarse como absurdo si los que reciben el Cuerpo de Jesús con la conciencia manchada son castigados con igual pena, porque con sus culpas lo vuelven a crucificar.
Beda. Super similiter et calicem
Puesto que el pan verdaderamente fortalece y el vino en verdad produce un efecto en la sangre del cuerpo. Lo primero se refiere al cuerpo de Jesucristo, lo segundo a su sangre. Como verdaderamente nos conviene mucho que Jesucristo permanezca en nosotros, y nosotros en Jesucristo, el vino del Señor se mezcle con el agua. Como dice San Juan ( Ap 17,15): las muchas aguas representan a los pueblos.
Teófil
Primero entrega el pan, y después el cáliz. En la vida espiritual, primero se trabaja o se sufre, como representa el pan. No sólo se trabaja con el sudor de la frente ( Gén 3), sino también mientras se come, pues no es fácil de masticar. Después de los trabajos viene la alegría de la gracia divina, que es el cáliz.
Beda. como arriba
En aquel entonces los apóstoles comulgaron después de cenar, porque era preciso consumar las figuras antes que viniese la realidad de la Pascua, pasando así a los misterios de la verdadera Pascua. Pero ahora, en honor de tan augusto sacramento, los Padres de la Iglesia han creído oportuno que nos fortalezcamos primero con los alimentos espirituales y después con los terrenos.
Griego
El que comulga recibe todo el cuerpo y toda la sangre del Señor, aun cuando no reciba más que una parte del sacramento. Así como un sello sólo trasmite toda su figura a todos los cuerpos a quien se aplica y continúa existiendo entero después de la trasmisión, y así como una sola voz penetra en los oídos de muchos, del mismo modo no puede caber duda de que el cuerpo y la sangre del Señor todo entero se encuentran dentro de todos nosotros a un mismo tiempo. La distribución del pan celestial representa su pasión.