Y le decían: "¿En dónde está tu Padre?" Respondió Jesús: "Ni me conocéis a mí ni a mi Padre. Si me conocierais a mí, en verdad os digo que conoceríais también a mi Padre". Estas palabras dijo Jesús en el gazofilacio, enseñando en el templo: y ninguno le echó mano, porque aun no había venido su hora. (vv. 19-20)
San Agustín, in Joannem, tract. 37
Aquéllos que habían oído decir al Señor: "Vosotros juzgáis según la carne", demostraron que habían escuchado porque creyeron que el Padre de Jesús era de carne. Por esto sigue: "Y le decían, ¿dónde está tu Padre?", etc. Como diciendo: "Te hemos oído decir: "Yo no soy sólo, sino que somos yo y el Padre que me ha enviado"; pero nosotros te vemos solo: manifiéstanos que tu Padre está contigo".
Teofilacto
Algunos indican que los judíos dijeron esto en tono de injuria o de desprecio; le vituperan como si fuera hijo de fornicación, y de padre desconocido, o como aludiendo a la humilde condición del que se creía su padre, esto es, de José. Como diciéndole: "tu padre es vil y desconocido, ¿por qué nos lo citas con tanta frecuencia?" Como no le preguntaban deseando aprender, sino tentándole, no respondió a la pregunta anterior. Por esto sigue: "Respondió Jesús; ni me conocéis a mí, ni a mi Padre".
San Agustín, ut sup
Como si dijera: "Preguntáis ¿en dónde está tu Padre? como si ya me conocierais a mí; como si yo fuera sólo lo que veis. Pues porque no me conocéis, yo no os manifiesto a mi Padre. Y así como a mí me creéis hombre, creéis que mi Padre es también hombre. Sabed que según lo que vosotros veis soy una cosa, y según lo que no veis, otra. Yo hablo de mi Padre oculto, estando yo también oculto; primero debéis conocerme, y después conoceréis a mi Padre". Y esto es lo que añade: "Si me conocieseis a mí, en verdad que conoceríais a mi Padre.
Crisóstomo, in Ioannem, hom.51
Y dice esto para manifestar que de nada les aprovecha decir que conocen al Padre si no conocen al Hijo.
Orígenes, in Ioannem, tom. 18
Parece que está en contradicción lo que ahora dice Jesús: "Ni me conocéis a mi ni a mi Padre" con lo que en otra ocasión había dicho: "Me conocéis, y sabéis de dónde vengo" ( Jn 7,28). Pero cuando dice "me conocéis" lo dice a ciertos jerosolimitanos que decían: "¿Por ventura han creído verdaderamente nuestros príncipes que éste es el Cristo?"; mas cuando dijo: "No me conocéis", lo dijo a los fariseos. A los jerosolimitanos había dicho: "Es veraz el que me ha enviado, a quien vosotros no conocéis" ( Jn 7,28). Mas alguno preguntará, ¿cómo es verdad lo que dice: "Si me conocieseis, también conoceríais a mi Padre", siendo así que los jerosolimitanos a quienes dijo "me conocéis" ( Jn 7,28) no conocían al Padre? A esto debe contestarse, que el Salvador hablaba de sí unas veces refiriéndose a la naturaleza humana, y otras a la divina. Por ello, cuando dice: "Me conocéis" habla de sí como hombre; y cuando dice: "No me conocéis", habla de sí como Dios.
San Agustín, in Joannem, tract. 37
¿Qué quiere decir: "Si me conocieseis, también conoceríais en verdad a mi Padre", sino que "yo y el Padre somos una misma cosa" ( Jn 10,30)? Cuando vemos a uno que se parece a otro generalmente decimos: "si has visto a uno ya has visto al otro". Y se dice así, por la semejanza que hay entre ellos. Pues lo mismo da a entender el Señor cuando dice: "Si me conociereis, en verdad que también conoceríais a mi Padre"; no porque el Padre es el Hijo, sino porque el Hijo es semejante al Padre.
Teofilacto
Avergüéncese Arrio, porque si, según él, el Hijo es criatura, ¿cómo el que conoce a la criatura conoce a Dios? 1 Ni aun el que conoce la naturaleza del ángel conoce la naturaleza divina, pero si el que conoce al Hijo también conoce al Padre, es porque el Hijo es consustancial con el Padre.
San Agustín, ut sup
Aquí la palabra "acaso" implica una especie de increpación, aunque parece palabra dubitativa. Muchas veces sucede entre los hombres que hablan con duda de lo que conocen con certeza, empleando palabras que la indican, como cuando uno se disgusta con un criado, y le dice: "Me despreciais; reflexiona: quizá soy tu amo". Así hace también el Señor cuando reprende a los infieles y dice: "Acaso conoceríais también a mi Padre".
Orígenes, ut sup
Conviene saber aquí que los herejes opinan que con esto se prueba claramente que no es Padre de Jesucristo el Dios a quien los judíos adoraban, porque dicen: "si el Salvador hablaba a los fariseos que adoraban a Dios como autor del Universo, es evidente que el Padre de Jesús es otro distinto del autor del Universo, a quien los fariseos no habían conocido". Pero dicen esto, sin atender al modo de expresarse de las Sagradas Escrituras. Y así, si alguno no obra según el conocimiento que de Dios le dieron sus padres, y no vive bien, decimos de éste que no tiene conocimiento de Dios. Del mismo modo como se dice de los hijos de Heli, que no conocían a Dios por su mucha malicia, se dice también que los fariseos no conocían al Padre, porque no vivían conforme a lo ordenado por el Creador. Tiene otro significado esto de conocer a Dios, porque una cosa es conocer a Dios y otra creer en El sencillamente. Dice en el Salmo: "Reposad, y ved que yo soy el Dios" ( Sal 45,11). ¿Quién no entiende que esto se dice para un pueblo que cree en su Creador? Hay, pues, mucha diferencia entre creer conociendo, y solamente creer. Pero cuando dice el Salvador a los fariseos: "Ni me conocéis ni a mi Padre", pudo decirles con mucha razón: "no creéis siquiera en mi Padre, porque quien niega al Hijo no tiene conocimiento del Padre; esto es: ni por la fe ni por la razón". Además, dice la Escritura en otro lugar que aquéllos que viven junto a otro, le conocen. Adán conoció a Eva cuando estuvo junto a ella. Y si conoce a su mujer el que vive junto a ella, el que está cerca de Dios participa de su mismo espíritu, y conoce a Dios. Y si esto es así, los fariseos no conocían ni al Padre ni al Hijo ( 1Sam 2). A pesar de esto, puede suceder que alguno conozca a Dios y no conozca al Padre (esto es, que alguno tenga en realidad noticias de Dios y no del Padre), porque en las muchas oraciones que vemos en la Ley antigua, no encontramos que ninguno diga al orar: "Dios Padre", y sin embargo le rogaban como a Dios y Señor, sin anticipar la gracia que se había de dispensar a todo el mundo, por medio de Jesucristo, que había de juntarlos a todos en esta filiación, al tenor del salmo ( Sal 21,23): "Anunciaré tu nombre a mis hermanos".
Prosigue: "Estas palabras dijo Jesús en el gazofilacio, enseñando en el templo".
Alcuino
Gaza, en el idioma persa, quiere decir riquezas y filattein ( fullatein ), guardar, porque era un lugar del templo en donde se guardaban los tesoros 2.
Crisóstomo
Hablaban en el templo por orden los maestros, y allí hablaba Jesús; sobre esto murmuraban y le acusaban, porque se hacía igual al Padre.
San Agustín, ut sup
Gran confianza tenía, y no mostraba temor, porque en realidad no había de padecer hasta que El quisiera. Por esto sigue: "Y ninguno le echó mano, porque aun no había venido su hora", etc. Cuando algunos oyen esto creen que Jesús vivió bajo la presión del hado. Mas si hado, tal como algunos lo entendieron, viene de fado (que equivale a hablar) 3, ¿cómo el Verbo de Dios podía estar sujeto al hado? ¿Dónde están los hados? Dirás que en el cielo, en el orden y giro de los astros. ¿Y cómo puede estar sujeto al hado Aquél por quien han sido hechos el cielo y los astros, siendo así que tu voluntad (si te conduces rectamente) puede ir más allá de los astros? ¿Acaso porque sabes que la humanidad de Jesucristo estuvo debajo del cielo, crees que el poder de Jesucristo estuvo subordinado al cielo? Mas no había venido aún su hora. No la hora en la que se viera obligado a morir, sino en la que se dignase dejarse matar.
Orígenes, ut sup
En casi todos los lugares se ve la siguiente adición: "Estas palabras dijo Jesús en tal sitio". Si reflexionas un poco, encontrarás la oportunidad de la adición. Es, pues, el gazofilacio un lugar donde se guarda el dinero ofrecido para gloria de Dios y socorro de los pobres. Las monedas tienen palabras diversas y llevan impresa la imagen de algún rey grande. Contribuya, pues, cada cual a la edificación del templo, llevando al gazofilacio espiritual todo lo que pueda, para la gloria de Dios y el bien general. Eran de mucha más utilidad las ofrendas que Jesús llevó al gazofilacio del templo que todas las que habían ofrecido los demás, porque ofrecía palabras de vida eterna. Cuando Jesús habló en el gazofilacio nadie le detuvo, porque sus palabras eran más fuertes que aquéllos que le querían prender, no habiendo debilidad alguna en las palabras que habló el Verbo de Dios.
Beda
Habló el Señor en el gazofilacio, porque se dirigía a los judíos por medio de parábolas. Y empezó como a abrir el gazofilacio cuando manifestó a sus discípulos las cosas del cielo. Por esto el gazofilacio estaba en el templo, porque lo que la Ley y los profetas habían dicho, por medio de figuras, se refería a Dios.
Notas
1. Los arrianos sostenían que el Hijo es la primera y suprema criatura de Dios, creado directamente por el Padre para crear a través de El todo el universo. El Padre le participa sus prerrogativas divinas como don por su fidelidad. "El primer Concilio Ecuménico de Nicea, en el año 325, confesó en su Credo que el Hijo de Dios es 'engendrado, no creado, de la misma substancia [ homousios ] que el Padre' y condenó a Arrio que afirmaba que 'el Hijo de Dios salió de la nada' (80) y que sería 'de una substancia distinta de la del Padre'." ( Catecismo de la Iglesia Católica, 465)
2. El gazofilacio era el lugar donde se recogían las limosnas, rentas y riquezas, en el templo de Jerusalén.
3. El "hado" es una divinidad o fuerza desconocida que, según algunos paganos, obraba irresistiblemente sobre las demás divinidades, y sobre los seres humanos y los sucesos. Para algunos filósofos eran una serie y orden de causas íntimamente ligadas entre sí que necesariamente producen su efecto.