La mujer le dijo: "Yo sé que viene el Mesías, que se llama Cristo; y cuando viniere El, nos aclarará todas las cosas". Jesús le dijo: "Yo soy, que hablo contigo". (vv. 25-26)
Crisóstomo, In Ioannem hom., 32
Mas aquella mujer, fatigada por la elevación de lo que se le decía, se asustó. Por esto sigue: "La mujer le dijo: yo sé que viene el Mesías", etc.
San Agustín, In Ioannem tract., 15
En latín, se llama ungido; en griego, Cristo; y en hebreo, Mesías. Sabía, por lo tanto, que habría uno que podría enseñarle, pero no conocía aún al que ya le enseñaba. Por esto añade: "Y cuando viniere, él nos declarará todas las cosas", etc. Como diciendo: ahora los judíos polemizan acerca de su templo y nosotros, acerca de nuestro monte; pero cuando venga aquél, despreciará el monte, destruirá el templo y nos enseñará cómo debemos adorarle en espíritu y en verdad.
Crisóstomo, ut supra
¿Pero de dónde venía a los samaritanos esperar el advenimiento de Jesucristo? Sin duda habían tomado la Ley de Moisés y de los escritos de Moisés habían conocido esto; mas Jacob, profetizando acerca de Jesucristo, había dicho: "No faltará un príncipe de la casa de Judá, ni un capitán que proceda de él mientras que no venga el que ha de ser enviado" ( Gén 49,10). Pero Moisés dijo también: "Dios levantará entre vosotros un profeta, de entre vuestros hermanos" ( Dt 18,18).
Orígenes, In Ioannem tom., 14
Y no debe desconocerse que así como Jesucristo se levantó de entre los judíos, no sólo diciendo que él era el Cristo sino probándolo, así entre los samaritanos un tal Dositeo aseguraba que él era Cristo.
San Agustín, Lib 83 quaest. qu. 64
Para indicar a los que entienden que los cinco sentidos corporales se representaban con el nombre de cinco hombres, después de las cinco contestaciones carnales que antes se han visto en el sentido literal, ahora se nombra Jesucristo en la sexta contestación.
Crisóstomo, ut supra
Mas Jesucristo se da a conocer a aquella mujer, y por esto sigue: "Jesús les dijo: yo soy, que hablo contigo" ( Jn 10,24). Y en verdad, si en el principio hubiese dicho esto a la mujer, le hubiera parecido que hablaba por vanidad; mas ahora, poco a poco, la había traído a la memoria de Cristo. Y por esto se dio a conocer con toda oportunidad. Pero cuando los judíos le preguntaban: "Si tú eres el Cristo, dínoslo claramente", no se dio a conocer, porque no le buscaban para aprender de El, sino para injuriarle. Mas ésta hablaba con intención sencilla.