Pilatos, pues, llamó a los príncipes de los sacerdotes, y a los magistrados, y al pueblo. Y les dijo: "Me habéis presentado a este hombre como pervertidor del pueblo, y ved que preguntándole yo delante de vosotros, no hallé en este hombre culpa alguna de aquéllas de que le acusáis. Ni Herodes tampoco; porque os remití a él, y he aquí que nada se ha probado que merezca muerte. Y así le soltaré después de haberle castigado". Y debía soltarles uno en el día de la fiesta. Y todo el pueblo dio voces a una, diciendo: "Haz morir a éste y suéltanos a Barrabás": éste había sido puesto en la cárcel por cierta sedición acaecida en la ciudad, y por un homicidio. Y Pilatos les habló de nuevo, queriendo soltar a Jesús. Mas ellos volvían a dar voces, diciendo: "Crucifícale, crucifícale". Y él, tercera vez, les dijo: "¿Pues qué mal ha hecho Este? Yo no hallo en El ninguna causa de muerte: le castigaré, pues, y le soltaré". Mas ellos insistían a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado; y crecían más sus voces. Y Pilatos juzgó que se hiciera lo que ellos pedían, y les soltó al que por sedición y homicidio había sido puesto en la cárcel, al cual habían pedido, y entregó a Jesús a la voluntad de ellos. (vv. 13-25)
San Agustín De conc. evang. lib. 3,
cap. 8
Volviendo San Lucas a las acusaciones elevadas al gobernador, luego de que narraron lo ocurrido en la casa de Herodes, dice: "Pilato, pues, llamó a los príncipes de los sacerdotes", etc. Aquí entendemos que Lucas omitió mencionar cómo Pilatos preguntó al Señor.
San Ambrosio
He aquí que Pilato absuelve a Jesucristo por su juicio y le condena por debilidad: lo envía a Herodes, y le es devuelto. Prosigue: "Ni Herodes tampoco; porque os remití a él, y he aquí que nada se ha probado", etc. Pero aunque ni uno ni otro lo juzgan digno de muerte, sin embargo, por miedo, Pilato condesciende con los deseos de la ajena crueldad.
Teófil
Jesús aparece inocente, según el testimonio de estos dos hombres. Los judíos que lo acusaban, no presentan testigos a quienes pueda darse crédito. Véase, pues, cómo triunfa la verdad. Jesús calla, y sus enemigos hablan por El. Los judíos gritan, y ninguno de ellos da razón de su clamoreo.
Beda
Desaparezcan, pues, los escritos, que después de tanto tiempo se han publicado contra Jesucristo, sin pruebas que fuese acusado ante Pilato por delito de magia; sino que han sido compuestos por los malvados en contra de Jesucristo, dando a entender que deben ser acusados de perfidia y mala fe.
Teófil
Acobardado, pues, y flojo Pilato, y no muy rígido en la defensa de la verdad, porque temía a las acusaciones, añadió: "Y así le soltaré después de castigado".
Beda
Como diciendo: Yo lo martirizaré con los azotes y las penas que queráis imponerle, con tal que no deseéis su sangre inocente. Prosigue: "Y debía soltarles uno en el día de la fiesta", etc. Tenía necesidad de ello, no porque así lo permitiese la legislación romana, sino obligado por la costumbre anual, con la que deseaba condescender.
Teófil
Los romanos habían concedido a los judíos que conservasen sus propias leyes y costumbres. Se acostumbraba pedir indulto al príncipe para los condenados a muerte, como en otro tiempo pidieron a Saúl la vida de Jonatán. Ahora se dice acerca de esta petición: (
1Sam 14,45). "Y todo el pueblo dio voces a una, diciendo: Haz morir a Este, y suéltanos a Barrabás", etc.
San Ambrosio
No piden en vano la absolución del homicida, los que proyectaban la muerte del justo. La iniquidad tiene esas leyes, que mientras aborrece la inocencia, ama la criminalidad. En ello la interpretación del nombre da a conocer lo que este hombre representa. Barrabás quiere decir en castellano
hijo de tal padre. Así, pues, aquéllos a quienes se dijo (
Jn 8,44): Vosotros sois hijos del diablo, se dio a entender que habían de preferir al hijo del anticristo al Hijo verdadero de Dios.
Beda
La petición de los judíos pesa sobre ellos hasta hoy, porque prefirieron un ladrón a Jesús, y un asesino al Salvador. Con razón, pues, han perdido la salvación y la vida, y se han dedicado a toda clase de latrocinios y sediciones, desde que perdieron su patria y su reino.
Teófil
Así, pues, una gente que en otro tiempo fue santa, ahora rabia por hacer daño, mientras que Pilato, a pesar de ser gentil, se opone a la muerte injusta. Prosigue: "Y Pilato les habló de nuevo, queriendo soltar a Jesús. Mas ellos volvían a dar voces, diciendo: Crucifícale", etc.
Beda
Desean acabar con el inocente, deseando matarlo con tal clase de muerte, esto es, crucificándolo. Los crucificados, que pendían de un leño, eran sujetados al madero con clavos, que traspasaban sus pies y sus manos, y así eran muertos, para que durase su dolor. Pero el Señor había escogido muerte de cruz, porque así, vencido el diablo, habría de ser colocada ésta, como trofeo, en la frente de los fieles.
Teófil
Pilato absolvió por tercera vez a Jesús. Prosigue: "Y él, por tercera vez, les dijo: ¿Pues qué mal ha hecho? lo castigaré, pues, y lo soltaré".
Beda
Pilato se proponía satisfacer al pueblo, exponerlo a la burla y presentarlo azotado para que no insistiese obligándolo a crucificar al Salvador, como San Juan atestigua. Pero como ellos veían que toda su acusación contra el Señor quedó desvirtuada por el cuidadoso interrogatorio de Pilatos, terminan por pedir solamente que fuese crucificado.
Teófil
Gritan por tercera vez contra el Salvador, y así desmuestran que consiguen la muerte de Jesús por la fuerza de esta tercera repetición de su griterío. Prosigue: "Y Pilato juzgó que se hiciera lo que ellos pedían; y les soltó al que por sedición y homicidio había sido puesto en la cárcel, al cual habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos".
Crisóstomo
Creían que así podían conseguir hacer que apareciese Jesús como de peor condición que un ladrón, y por lo tanto perjudicial, y que por ello no debía dejársele en libertad, ni por piedad, ni por el indulto de la Pascua.