Varios

En la panadería escuché el estribillo de esta canción de Los Pericos (estoy tan fuera del asunto que ni siquiera sabía que eran ellos), y me sonó como una jaculatoria. Busco la letra completa y veo que en verdad (de calidad no hablemos) no es fácil leerla en clave religiosa; aunque tampoco imposible.

Forvo es un sitio con pronunciaciones de nombres.

Muy útil para las ratas de biblioteca autodidactas como uno, que nunca estamos seguro de cómo pronunciar nombres célebres que sólo conocemos por la lectura. Aquí las pronunciaciones son de «la gente» es decir, cualquiera puede subir sus aportes. No se trata pues de «cómo se debe pronunciar» tal nombre, sino cómo de hecho lo pronuncian, en tal lugar.

Linda idea, espero que crezca – está un poco en pañales todavía, y el buscador no es muy bueno: por ahora hay que escribir los nombres en el idioma original: por ejemplo, para buscar la pronunciación de Solyenitzin hay que buscar en la Wikipedia, ir a la versión rusa, y copiar Солженицын. Otros ejemplos menos intimidantes: Kierkegaard, Evelyn Waugh, Hilaire Belloc, Schillebeeckx, Eliade, Simone Weil.

Al fin de cuentas, creo que lo más útil del asunto es aprender a no acomplejarse por pronunciar los nombres extranjeros de cualquier manera.

De blogs españoles:
Es una pena lo que algunos católicos le están haciendo a la palabra belleza, usándola en esos discursos insípidos que pretenden mover el corazón diciendo muchas veces «belleza» y citando a Juan Pablo II como si se tratara de talismanes que pueden espantar el aburrimiento. Algunos creen que no se les considerará intelectuales o devotos si no dicen varias veces lo de «La belleza salvará al mundo». Si vuelvo a escucharlo sin que venga a cuento soy capaz de ponerme a chillar.

Todo era bueno

La jeremiada de la reivindicación de valores es el valor que está de moda. Es decir, la manera cool de sentirse valioso es reclamar la importancia de los valores (preferentemente de los ajenos). La opinión pública está en retirada ante la invasión de los bárbaros de la emotividad pública. Un claro ejemplo nos lo proporciona el predominio de la indignación moral sobre la moralidad propositiva. La indignación moral es aquella moralidad que encuentra más noble la náusea que el apetito.

El café de Ocata

Quiero acostarme temprano, pero voy de periódico en periódico, esperando que aparezca la noticia que me salve.

camabarca

Se ha publicado en Youtube un vídeo de la Semana Santa de Jerez de este año, que ya sabemos que se ha malogrado por las lluvias en gran parte de Andalucía. La tarde-noche de Jueves Santo no pudo salir ni una sola cofradía, cosa que se ve que no había ocurrido desde hace unos 80 años. En el vídeo una mujer se dirige al paso del Santísimo Cristo de la Clemencia en la Traición de Judas, que es uno de los 36 cristos que hay en Jerez para Pascua y le pregunta a Manolo: «¿Por qué, hijo, por qué, por qué todo un año esperándote para verte, para andar por las calles, que te ve todo el mundo con toda la fe en el alma, en el mundo, para que nos hagas esto hoy?». Y esa pregunta de esa improvisada «saeta del polígono» es la que se oye tantas veces en tantas ocasiones, en muchas maneras, cuando tal vez la que nos tenemos que hacer, aunque se tarda mucho, es «¿Y entonces qué?».

Album del tiempo

Ultimamente, me parece (en realidad leo poco), nos vienen pasando el trapo. A ver si los argentinos «nos ponemos las pilas»…

A propósito del dicho, y una de sus deformaciones («A ver si nos ponemos las piletas») me puse a pensar (era un viaje en micro, y no podía leer) si las palabras pila (batería) y pileta (piscina) eran vecinas por casualidad, o si tenían un parentesco… a ver: pila (batería), pila (de cosas), pilón, apilar, pilar, Virgen del Pilar, nombre de pila, pila bautismal, piletón, pileta … ¿Son de la misma familia? Pensar sin googlear, que es fácil.

ver

Y, como hay de todo en las viñas del Señor, aquí van tres gansadas católicas españolas:

… el arte gótico ha compendiado todos los recursos de su belleza y ha traducido en grandiosas formas plásticas los sentimientos más sublimes del alma cristiana […] La catedral gótica ha sido el esfuerzo más gigantesco que el hombre haya realizado nunca para edificar una casa a Dios…
Para mí, el aspecto más instructivo de estas idioteces es reflexionar que, si hoy no son tan comunes, hace un tiempo (digamos, 50 años) era comunes y ‘oficiales’. Ayuda a comprender y simpatizar un poco con anticlericales y aun anticatólicos actuales.
¿Por qué entonces no les gusta la estatua si les gustaba el personaje? ¿Acaso esperaban una formidable y estupenda imagen de bronce, con el Papa sentado en la sedia gestatoria, o en el trono, con tiara y manto pontificio?
Un católico anti-juanpablista (entre otras cosas) – obsérvese la calidad de la disyuntiva planteada. Así les funciona la cabeza -o mejor, el hígado- a estos.
Si los avances de la física nos demuestran que las partículas elementales no están confinadas a un solo sitio, ¿por qué no podemos imaginar un cuerpo glorioso que abandona las vendas que lo aprisionan?
Esta última, mala apologética de la resurrección de Cristo, por Juan Manuel de Prada, es justamente criticada en Majao público.
El mismo también critica a C. S. Lewis a propósito del espinoso tema de los milagros. No estoy seguro -no he pensado mucho en el tema, y ni sé si podría pensarlo- pero me inclino a darle la razón en eso. Sigue dándome la impresión que, si dejamos de lado el aspecto intencional (la intención divina, digamos) lo específico del milagro se nos escapa.

A propósito de esa concupiscencia apocalíptica que tienta a algunos católicos, y que los lleva a empuja a aficionarse demasiado a libros como «Un mundo feliz» o «1984» (dudo, cada vez más, que esa afición sea especialmente sana, cristiana, o clarividente, ya queda dicho), algo desde el lado literario:

La construcción de distopías futuristas es un objeto seductor y bastante accesible para los narradores. Eso no supone, sin embargo, que los resultados sean de inmediato satisfactorios ni críticos ni esclarecedores. Representar lo que ya está en el aire, lo que es evidente, lo que es obvio para cualquiera, no es señal de alerta sino, al contrario, acatamiento a percepciones establecidas que, por lo mismo, tienen garantizada la anuencia de los lectores abandonados al sentido común. La representación de distopías futuristas es una alternativa narrativa -como lo es la novela histórica, por ejemplo- a la que todo escritor o escritora tienen derecho. Ese derecho, sin embargo, supone más una responsabilidad estética que una comodidad narrativa.

Eterna cadencia

THE SACRED MADE REAL Una pequeña galería de una exposición de pintura y escultura sacra de la España barroca.

Una mirada arquitectónica sobre la Catedral de Buenos Aires.

Las diez mejores películas sobre Jesus según no sé quien. No se ve mal.

En tus brazos, una animación (CGI) tanguera. Bien por la elección de los tangos.

El post modelo del blog modelo -quizás el único que debió haber existido.

Yo estoy bastante seguro de no haber usado nunca, ni en este blog ni en otros, ni en foros ni en chats (se acuerdan del IRC?), ni en cartas a revistas, ni en mesas redondas, la palabra «enquistado». Es una de las pocas vergüenzas que no tengo.

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