El que interroga, como quiere la tradición, es San Pedro. — Bueno, resuma. ¿Qué bien hizo allá abajo? — (Yo, con la confianza cayendo en picada) Este… bueno, ya le dije, más o menos. Por ahí mucho bien no hice, pero tampoco hice mucho mal… creo… ¿no? — ¿Necesita que le repita la pregunta? — Eh, no… eh… a ver… … [
ver más]