Y en el dos mil también

Estoy leyendo, salteado pero con interés, un tomo de una Historia de la Matématicas («El pensamiento matemático de la Antigüedad a nuestros días», Morris Kline). Siglos 18 y 19, con bastante detalle y nada de indulgencia -el autor no es un mero divulgador, evidentemente- [*]. Me he llevado algunas sorpresas, sobre todo con los tiempos; me extrañó por ejemplo descubrir cuán tarde se llegó al concepto actual de la función de variable real, de los números complejos, y -sobre todo- del álgebra de matrices (Cayley, 1850, básicamente). Si a mí, mero ingeniero y sin mucha inclinación por la historia, me interesa tanto -y, según creo, me aporta bastante a mi «cultura matemática», se me ocurre que los matemáticos denserio deberían tener alguna materia sobre esto en su carrera. Pareciera que no, sin embargo. Lástima, si es así.

Una graciosa y atípica salida de tono del autor, tratando de las ecuaciones de onda en el siglo 18:
Se publicaron hasta finales de siglo muchos otros artículos, de los que los anteriores son sólo una muestra, sobre la cuerda vibrante y la cadena colgante. Los autores continuaron sin estar de acuerdo, corrigiéndose unos a otros y cometiendo toda clase de errores al hacerlo, incluyendo contradicciones con lo que ellos mismos habían dicho e incluso probado. Formularon afirmaciones, argumentos y refutaciones sobre la base de razonamientos poco rigurosos y, a menudo de, simplemente, predilecciones y convicciones personales. Sus referencias a artículos para probar sus argumentos no demostraban lo que afirmaban y también recurrían al sarcasmo, la ironía, la invectiva y el autobombo. Mezclados con estos ataques estaban los acuerdos aparentes para buscar favores, particularmente con D’Alembert, que tenía una considerable influencia con Federico II de Prusia y como director de la Academia de Ciencias de Berlín.
Las cosas no han cambiado para mejor, ciertamente. Pero, para todos los que viven -o hemos vivido- ese mundo moderno de papers, congresos y subsidios, puede resultar una especie de consuelo.


[*Lástima que la edición española -Alianza- sea un poco descuidado. Pero tratándose de un libro lleno de fórmulas matemáticas, encontrar que la primera fórmula tiene un error evidente… es deprimente]

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