El bautismo de Camus

Ya aludimos alguna vez al precepto periodístico: «Nunca dejes que la verdad te arruine un buen titular». Claro, con sólo ver la lista de las noticias más leídas en un diario on-line, uno puede entenderlo.
Ahora… ¿regirá el precepto para los medios católicos también? Bueno, miren… no sé. Y esto no será acaso un ejemplo hecho y derecho… pero…

Es un titular efectivo (para un medio católico, claro). ¿Es verdadero? Puede discutirse (puede discutirse también si el medio es católico; de acuerdo).
El hecho es que -literalmente- el título es verdadero; pero … yo creo que no es verdadero.

El que lee el título imagina a Camus, moribundo, pidiendo -y recibiendo- el bautismo. Leyendo el artículo, uno aprende que un pastor metodista dice que Camus -poco antes de su muerte … en un accidente- se acercó para hablar con él, «en un progresivo acercamiento al cristianismo» … y que Camus le dijo que «Es imposible vivir sin sentido»[*]. La palabra bautismo ni siquiera se menciona en el cuerpo del artículo. ¿Pidió el baustismo? ¿Y… lo recibió?
Los lectores -escasos, imagino- de ese medio que tengan algún sentido crítico y quieran asegurarse de la veracidad de un título tan rimbombante, buscarán y encontrarán.
Brevemente: si creemos al reverendo, único testigo, a 50 años del suceso (yo puedo creerlo, pero no pondría las manos en el fuego; además que se trata de un libro recién publicado…), Camus habló con él y quiso recibir el bautismo cristiano. Y no lo recibió… por la simple razón de que Camus ya estaba bautizado. Y a la exhortación de confirmarse, de participar en la vida eclesial, Camus se opuso terminantemente. Y eso fue todo.

Lo cual no deja de ser muy interesante -caso de ser verdad-. Ahora… creo yo que meter semejante título y después ser tan vago en el texto de la noticia, es faltar un poquito a la verdad. Sí, el título es literalmente verdadero. Pero… al revés de lo que decía Machado:
Cuando dos gitanos hablan
ya es la mentira inocente:
se mienten mas no se engañan.
… ese título no miente, pero engaña. Y de la inocencia, no me animaría a juzgar.


[* Aparte: lo de «no se puede vivir sin sentido», en boca de cierta apologética cristiana, es un recurso de dudosa calidad. Que sólo Dios puede fundar un sentido para el vivir del hombre, será verdad -yo lo creo-; pero deducirlo con tanta rapidez es una liviandad y una falta de honestidad intelectual; que, como todas dichas faltas, a la larga termina volviéndose en contra del apologista]

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